La actriz Laura Azcurra protagoniza la obra “Frida viva la vida”, se pone en la piel de la reconocida pintora mexicana, en este sentido, la intérprete reconoció que “el scrolleo y las pantallas nos quitan audiencias” y calificó al streaming como “una televisión barata y una radio cara”.
En diálogo con Carolina Fernández, en el programa “Se terminó la joda” por Splendid AM990, Azcurra inició: “Me gusta escuchar la radio a la vieja usanza y lo hago mucho en mi auto. No tengo el hábito de prender la compu para ver la radio. Los pibes si están acostumbrados y está bueno mientras que lo que haya para comunicar contenido, sino nos quedamos en un autoretrato infinito”.
“Volvieron los ‘90 y volvió el autoreferencial. Entonces, queda vacío de contenido ¿A dónde está la información, a dónde está la formación? Lo mismo pasa con la televisión. La gente me pregunta por qué no estoy más en la tele y yo digo que no hay más tele. La que conocíamos ya murió”, continuó.
En esta línea, la artista añadió: “La televisión se ocupa de tener personas que hablan sobre la vida de otras personas. Tristísimo. No hay arte, no hay formación. No hay vuelo ni un Antonio Gasalla o programas de mucha interpretación actoral, dirección y estaba pensado”.
“Hay una contradicción enorme de falta de presupuesto para hacer cualquier película, en este momento. Al mismo tiempo, El Eternauta le da la vuelta al mundo con un producto de calidad impresionante y de industria argentina. Argentina, no lo entenderías”, cerró al respecto.
En cuanto a la obra que protagoniza, la intérprete se mostró emocionada: “Es muy hermoso, estoy muy agradecida de interpretar a la señora Frida Kahlo en una pieza de stand up. No me gusta decirle unipersonal porque la baja a otro género”.
“Esta obra está escrita por un autor mexicano hace más de 15 años, ganó un prestigioso concurso de dramaturgia, logró armar un cuadro con la vida de la artista mientras completó todo lo que abarca y termina por completarla para que sigamos amando su resiliencia”, explicó.
Además, el trabajo tiene un tinte que lo distingue: “Buscamos ponderar partes de su personalidad. La historia, que está escrita por varones, en situaciones de mujerones, hacen un recorte y siempre queda la infiel con Diego que se iba con sus estudiantes. ‘Pobre de ella, con todo el dolor que tenía’. También tiene una parte muy carismática y teatreara que tomamos para equiparar”.
“Estoy en el Teatro Picadero, lo amo porque lo conocí cuando estaba en la panza de mi madre que hacía teatro abierto. También hacemos gira en esta misión de descentralizar el teatro y sacarlo fuera de Buenos Aires. Es una alegría porque comparto teatros maravillosos que están en resistencia”, señaló.
Respecto a los públicos, Azcurra se refirió a las nuevas generaciones: “El desafío es que vengan jóvenes al teatro. El scrolleo y las pantallas nos quitan espectadores y vivencias a esas personas porque el teatro es una nave espacial, un delorean, una cápsula del tiempo en donde uno se mete y sabés que vas a viajar una hora. Sos re conciente que no vas a viajar y que lo que vas a ver no es real, pero decidís que así sea”.
“Esa ilusión, un acto tan mágico y antiguo, es muy importante que lo sigamos representando. Los adultos somos los responsables de convocar a las juventudes y niñeses de que vengan. En cada función tengo, por lo menos, dos nenas de entre siete y diez años con sus trencitas, las vinchas con flores (…)”..
“Frida confiesa que tuvo tres abortos naturales y espontáneos porque tenía el útero roto. Al ensayo general vino el hijo de una amiga -de ocho años- y al irse preguntó ‘¿Qué es un aborto?’. Otro nene preguntó si ella era de verdad. Se quedaron viendo cuadros”, concluyó.