La ciudad de Neuquén y gran parte del Alto Valle de Río Negro y Neuquén quedaron este martes sin servicio de transporte público urbano e interurbano, como consecuencia del un paro en el AMBA.
La medida afectó a miles de usuarios que dependen diariamente de este servicio para movilizarse, evidenciando la dependencia estructural de la región respecto al Grupo Trappa, conglomerado que concentra el monopolio del transporte público en la zona.
El paro paralizó completamente las operaciones de las líneas KoKo, Pehuenche, Cole y otras operadoras de servicios urbanos e interurbanos. Según estimaciones locales, al menos 100 mil personas en la capital provincial y zonas aledañas no pudieron acceder al transporte público durante la jornada. El único servicio que continuó funcionando con normalidad fue el de larga distancia.
Gabriel Ceballos, secretario gremial de UTA Neuquén, explicó que la decisión de sumarse al paro se debió a la falta de avances en la negociación salarial a nivel nacional. Indicó que las empresas ofrecieron un aumento de 70 mil pesos, mientras que la demanda gremial se ubica en torno a los 500 mil pesos. También mencionó que el Ministerio de Trabajo no había intervenido con nuevas propuestas y que el conflicto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) condiciona la situación salarial en el resto del país.
Ceballos señaló además que el municipio de Neuquén no intervino en las negociaciones y que la conciliación obligatoria había expirado, por lo que no existía una instancia para evitar la medida de fuerza. Aunque remarcó que no hay conflicto específico en Neuquén, sí subrayó la falta de herramientas para avanzar en una solución local.
La interrupción total del servicio dejó expuesta la magnitud del control que el Grupo Trappa ejerce sobre el transporte público regional. A través de diversas empresas, principalmente KoKo, este grupo concentra los servicios de transporte interurbano entre Chichinales y Senillosa, y urbanos dentro de la ciudad de Neuquén. KoKo opera con una terminal propia en la ciudad de Cipolletti, infraestructura que fue construida por la empresa y que, según versiones no confirmadas, podría haber sido concesionada por la municipalidad local.
La presencia del Grupo Trappa en el transporte no se limita solo a Neuquén y Río Negro. En Chubut, se han registrado movimientos similares a los implementados en la región del Alto Valle, con la participación de la empresa Don Otto en combinación con actores vinculados al mismo grupo económico. Esto ha generado sospechas entre trabajadores y observadores sobre una posible estrategia de expansión hacia otras provincias bajo diferentes razones sociales.
Recientemente, la empresa KoKo amplió su objeto social para incluir actividades no relacionadas directamente con el transporte, como la administración de parques de nieve. Este movimiento empresarial fue interpretado como una señal de diversificación económica, pero también de la consolidación del grupo en sectores estratégicos con escasa competencia.
La estructura monopólica del Grupo Trappa amplifica el impacto de cualquier interrupción de servicio, como la ocurrida este martes. La dependencia de un solo operador o grupo para cubrir casi la totalidad del transporte público en una región con alta movilidad interurbana implica que cualquier paro, problema técnico o conflicto gremial tiene consecuencias inmediatas y generalizadas.
La situación también pone en evidencia la falta de alternativas para los usuarios y la vulnerabilidad de las políticas públicas locales frente a la concentración empresarial. La inexistencia de un plan de contingencia por parte de las autoridades municipales y provinciales ante una paralización total del servicio resalta la necesidad de revisar el modelo de concesión y explorar esquemas de diversificación o competencia en el transporte público.