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La Justicia SÍ se mancha: desastre documental, jueza actriz recusada y Diego Maradona que no descansa en paz

“Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”, es una de las tantas frases célebres pronunciadas por Diego Armando Maradona a lo largo de su vida, la cual fue utilizada por la jueza Verónica Di Tomasso para afirmar que la Justicia no tiene la culpa de que el juicio por la muerte del astro argentino se suspendiera por la realización de un documental sin autorización protagonizado por la magistrada devenida en actriz, Julieta Makintach, pero se equivoca.

La vocal del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro sostuvo que la jueza Makintach, recusada y suspendida por tres meses debido al escándalo del documental, “se equivocó y pagó”, aunque que “está pagando y seguramente tendrá que seguir dando explicaciones en el lugar que corresponda. Pero no es la Justicia. La Justicia no se mancha”.

¿Qué les queda a las demás víctimas si algunas personas lucran con Maradona hasta después de muerto? ¿Se puede confiar en un Poder Judicial que día a día suma más capítulos a una constante falta de credibilidad?

Makintach es una integrante de la Justicia -si es que se la puede llamar así- que privilegió más sus intereses personales en vez de enfocarse en la búsqueda de posibles responsabilidades en el deceso del ex entrenador de la Selección argentina y Gimnasia y Esgrima (LP). La vanidad mató la inteligencia.

El juicio fue declarado nulo porque la vocal del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 nunca actuó con imparcialidad ya que tenía una decisión tomada respecto a la culpabilidad de los siete acusados. El capitulo 6 de la producción que se desarrollaba sin autorización daba a conocer que todos iban a ser condenados.

En más de una ocasión, uno de los defensores del neurocirujano Leopoldo Luque, Julio Rivas, pidió su recusación porque formulaba preguntas con una tendencia condenatoria y porque asumió la dirección del debate en lugar de Maximiliano Savarino, una actitud que llamó la atención.

El título del documental clandestino y llevado a cabo sin autorización deja en evidencia la clara intención de la jueza de 47 años de dictar una sentencia antes de tiempo: “Justicia Divina”.

El intento por defenderse durante la audiencia del martes 27 de mayo, donde se decretó su expulsión del debate, no le sirvió de nada debido a que por unanimidad las partes (Fiscalía, defensores
y particulares damnificados) solicitaron a Savarino y Di Tomasso su inmediato apartamiento.

“Para denunciar a un juez, se necesitan motivos fundados”, señaló Makintach y las pruebas -a las que accedió la agencia Noticias Argentinas de fuentes judiciales- fueron más que contundentes para acelerar la recusación.

En las distintas filmaciones de la miniserie se la observa mientras maneja en dirección a los tribunales, camina de manera elegante por los pasillos, sube las escaleras y hasta es grabada ingresando a su despacho.

Lo más grave de todo fue la presencia de una cámara oculta dentro de la sala que muestra uno de los momentos clave del juicio: el apartamiento del abogado Rodolfo Baqué de la defensa del enfermero Ricardo Almirón, uno de los imputados.

En la imagen se la ve a Makintach mirando atentamente a la cámara mientras discute con el letrado. La jueza votó a favor de que Baqué se vaya del proceso y el hombre tuvo su dulce venganza luego de conocerse el tráiler y el guion del proyecto audiovisual.

“¡Basura, basura! ¿Ese era el plan? ¿Echarme a mí? Tengo hijas”, le gritó el defensor de la enfermera Dahiana Madrid a Makintach delante de Verónica Ojeda y Gianinna Maradona que lloraban desconsoladamente tras ver el material expuesto por el fiscal Patricio Ferrrari. Makintach recriminó “Esto no es mío eh, me está diciendo basura”, mientras Di Tomasso le exigía a Baqué que mantenga el orden.

Allanamientos a productoras, testimonios y una causa paralela tramitada en la Fiscalía Penal N°1 de San Isidro esclarecieron el rol de la magistrada que protagonizó el mencionado documental.

Makintach enfrenta cuatro pedidos de juicio político, quedó al borde del jury de enjuiciamiento, se encuentra suspendida con una licencia obligada de 90 días y además fue apartada de la cátedra que brindaba en la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, donde ejercía hace una década.

Diego, sus hijas, las hermanas y Verónica Ojeda serán revictimizados una vez más por una “justicia” que parece darle la espalda a las víctimas y sus seres queridos que atraviesan el duro proceso del duelo por la pérdida de un ídolo popular y amado por los argentinos.

Dalma, Gianinna, Jana, Ojeda, Ana, Rita y Estela Maradona, los médicos que realizaron la autopsia, los custodios del “Diez”, Víctor Stinfale y la psiquiatra Agustina Cosachov (única imputada que compareció) deberán volver a declarar en un nuevo juicio.

Todos esos testimonios perdieron validez al igual que los allanamientos a la Clínica Olivos y la empresa de medicina domiciliaria Medidom como consecuencia de la declaración de nulidad del debate que comenzó el 11 de marzo pasado.

Acerca de la pesquisa paralela contra el ex custodio de Maradona, Julio Coria, quien estuvo detenido e imputado por falso testimonio, también queda sin vigencia.

Se sorteará un nuevo tribunal conformado por nuevos jueces que asuman la responsabilidad de ejecutar el desarrollo de otro juicio. Habrá audiencias preliminares para lograr acuerdos probatorios entre las partes y los testigos que prestarán declaración.

La Justicia SÍ se mancha. Se equivocó y tendrá que pagar por sus “errores” por no querer o no poder desempeñar su función como corresponde para esclarecer qué pasó con Diego Armando Maradona, quien no descansa en paz por un papelón que vio el mundo entero.