Los cumpleaños infantiles son momentos de alegría, juegos y celebración, pero representan una oportunidad para revisar el tipo de alimentos que allí se ofrece. Si se considera que un niño asiste a cerca de 20 cumpleaños al año entre compañeros de la escuela, parientes y vecinos, el aporte energético acumulado puede superar las 30.000 calorías anuales solo por este tipo de eventos. Esto equivale al aumento de aproximadamente 4 kilos de peso corporal por año, si esos excesos extraordinarios no se dan en el marco de un estilo de vida saludable, con alimentación equilibrada y actividad física.
En los cumpleaños infantiles, se suele disponer toda la comida y la bebida al alcance de los niños (algo que no sucede en otros eventos sociales), pero no se interviene en su distribución. El niño o niña gestiona sin acompañamiento todo lo que ingiere y se expone a opciones tentadoras que puede manipular sin ayuda y servirse ilimitadamente.
“Estas ingestas excesivas no son un hecho aislado”, aseguraron desde PROFENI, entidad integrada por profesionales de la salud abocados al estudio de la nutrición infantil, que trabaja en el desarrollo de propuestas para mejorar el perfil nutricional de productos alimenticios, investigar en este campo, comunicar para concientizar y así contribuir a la construcción de infancias saludables.
“Los festejos de cumpleaños se repiten con frecuencia a lo largo del año escolar y muchas veces normalizamos la presencia de productos hipercalóricos y pobres en nutrientes, como parte inevitable de la celebración. Pero existen alternativas igual de coloridas y atractivas, pero mucho más nutritivas”, señaló María Elena Torresani, licenciada en Nutrición, directora de la Especialización en Nutrición con orientación a Obesidad de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino de Tucumán e integrante de PROFENI.
En cada festejo, se sirven en promedio entre 1.200 y 1.800 calorías por niño, provenientes en su mayoría de alimentos y bebidas de bajo aporte nutricional. Una merienda o picada de cumpleaños puede incluir:
* Palitos salados (25 g, ¼ de taza): 120 kcal
* Chizitos (205 g – una taza): 120 kcal
* Galletitas dulces (4 unidades): 160 kcal
* Sandwiches de miga (2 unidades): 250 kcal
* Muffin o cupcake: 200 a 400 kcal
* Porción de torta (100 g): 350 kcal
* Jugos industrializados o gaseosa (250 ml): 110 kcal
* Caramelos (5 unidades) y otras golosinas en la piñata (gomitas): 300 kcal
“En perspectiva, un niño de entre 6 y 10 años necesita en promedio entre 1.600 y 2.200 kcal por día. Esto significa que en un solo evento puede consumir casi toda su cuota diaria, pero concentrada en productos altos en azúcares, grasas saturadas, sal y aditivos, y con escaso aporte de fibra, proteínas, vitaminas y nutrientes esenciales”, reconoció Mariana Raspini, Licenciada en Nutrición, especialista en Nutrición Pediátrica de la Universidad de Buenos Aires.
Al multiplicar esta ingesta por un promedio de 20 cumpleaños anuales, resulta un exceso calórico de entre 24.000 y 36.000 kcal. En términos energéticos, cada 7.700 kcal extras almacenadas sin quemar equivalen a un kilo de grasa corporal, por lo que el excedente podría reflejarse en un aumento de 3 a 5 kilos por año, si esos excesos extraordinarios no se dan en el marco de un estilo de vida saludable, con alimentación equilibrada y actividad física.
El aumento de tejido adiposo inflama al organismo, altera el metabolismo, interviene en las señales de hambre y saciedad. Esto genera más deseos de comer alimentos ricos en azúcar y grasas no saludables (de mala calidad). Este patrón se suma a otros hábitos que favorecen el desarrollo de sobrepeso y obesidad infantil, un problema que afecta al 43% de los niños en edad escolar en Argentina.
SE PUEDE HACER UN CUMPLEAÑOS SALUDABLE
Lejos de proponer la eliminación de la torta o los festejos, desde la entidad promueven una mirada integradora que permita disfrutar sin comprometer la salud. “La clave está en el equilibrio, la planificación y la creatividad. Un cumpleaños saludable no es menos divertido: solo necesita alternativas tan nutritivas como sabrosas y accesibles”, explicó la Dra. Romina Lambert, médica especialista jerarquizada en pediatría y nutrición del Hospital Italiano Regional del Sur de Bahía Blanca.
Algunas ideas para renovar la mesa de cumpleaños:
* Palitos de zanahoria, pepino y tomatitos cherry cortados con dips de yogur o hummus.
* Pinchos caprese como tomatitos cherry, cubitos de queso y albahaca
* Pizzetas caseras con queso, tomate y huevo
* Pochoclos caseros sin azúcar ni manteca, preparados con unas gotas de aceite neutro.
* Mini sandwiches de pan integral con queso, vegetales, huevo y carnes magras.
* Muffins caseros con frutas, avena y menos azúcar.
* Brochettes de frutas frescas (banana, frutilla, melón, uva).
* Gelatina con frutas sin azúcar agregada como opción de postre.
* Yogur con trozos de fruta y chips de chocolate
* Agua, jugos, licuados y refrescos caseros y naturales
Además, se recomienda incluir juegos activos y momentos de movimiento que acompañen la celebración, para estimular el gasto energético y promover un vínculo positivo con el cuerpo. El entorno escolar, las familias y los organizadores de eventos pueden ser aliados clave para cambiar el paradigma del festejo.
Como recuerdo del festejo, es preferible idear otras opciones de alimentos mejor calidad nutricional que la golosina o reemplazarlos por otro recurso como libros para colorear, útiles escolares o algo similar.
“No se trata de prohibir, sino de ofrecer. Los chicos responden muy bien a las propuestas sabrosas y atractivas, y en muchos casos son ellos quienes piden opciones más frescas y naturales, pero tenemos que ponerlas a su disposición y ofrecérselas”, agregó Torresani.
Desde la entidad invitan a padres, docentes y cuidadores a repensar los hábitos alimentarios en casa, en la escuela y también en este tipo de momentos especiales, entendiendo que cada elección suma, y que cuidar la salud también puede y debe ser parte de la celebración.