La batalla legal de Mauro Icardi y Wanda Nara en Argentina está pronta a finalizar un capítulo: antes de viajar a Turquía, el futbolista le pidió a la justicia, de manera desesperada, ver a sus hijas, acusó a la conductora de infringir “miedo mitómano” en las menores y aguarda por que el encuentro sea junto a Eugenia “La China” Suárez.
El reciente Día del padre, el futbolista no asistió al encuentro con las niñas por motivos laborales y las anteriores revinculaciones se vieron frustradas por la presencia de su actual pareja. No obstante, el jugador y su representante legal enviaron un desesperado pedido de reencuentro.
“No habiendo ningún riesgo cierto, ni conducta alguna previa de mi mandante que alimente el mitomano miedo aludido por la madre y su representación letrada que tanto dañan a las nenas, es que solicito a SS. se sirva ordenar que las niñas estén con su padre hasta su viaje a Turquía”, comienza el escrito.
“Se recalca que las niñas están de vacaciones y sin obligaciones escolares que cumplir, pero si las tuvieran que cumplir, mi mandante se ocuparía de las mismas. También se informa que la casa de mi mandante ya fue preparada para recibir a sus mascotas. Que los cuadros individuales de las niñas ya están siendo preparados”.
Asimismo, el texto de solicitud pone sobre la mesa, la comunicación de Francesca e Isabella con su madre: Se garantiza que las niñas podrán hacer videollamadas supervisadas por la Lic. Mattera para su contacto materno durante la estadía con su padre”.
“Se solicita que los días que estén las niñas, pueden compartir con la familia ensamblada de mi mandante -La China Suárez- a fin de restablecer el sano vínculo que ya tenían previo a la inoculación de odio que recibieron día a día desde el 06 de enero hasta la fecha”.
En este sentido, profundiza sobre la partida del futbolista: “Posteriormente al estudio médico que debió realizarse mi mandante en Uruguay, exigido para su rehabilitación, es que deberá retornar a su Club Galatasaray para comenzar los entrenamientos con su equipo a principios de julio”.
Por lo que, según el testimonio, la institución deportiva evaluó “si está en condiciones físicas para trabajar en la pretemporada para luego cumplir sus funciones laborales en la temporada de la Liga que comienza la primera semana de agosto”.
Así que solicita un “régimen comunicacional provisorio” con urgencia: “Sin perjuicio de la demanda de restitución internacional incoada, el juez nacional conserva facultades para las medidas urgentes como es el régimen comunicacional provisorio mientras el padre está en Argentina”.
“Es dable acotar que el padre se ha quedado en Argentina porque estaba transitando la rehabilitación de su lesión en procura de una anhelada y cada vez más lejana concordia familiar, haciendo todo para estar cerca de sus hijas y que su retorno a su centro de vida (Estambul) fuera pacífico”, remarcaron los especialistas por parte de Icardi.
“Por el contrario, el impedimento del vínculo paterno filial perpetrado por la madre en clara complejidad con representación letrada actual (responsabilidades profesionales que deberán analizarse cuando los destinatarios de la temeridad procesal son niñas)”, continúa el texto.
En el mismo sentido, acusaron: “ha sido continuo y como una suerte de medidas de facto que han sido reiteradamente denunciadas en marras sin éxito en lo concreto y con el desplante público público emitido por todos los canales de televisión y medios masivos de comunicación en que la madre sentenciaba que habría de incumplir cualquier orden de un juez o aún del Presidente de la Nación que la obligara a “entregar” a sus hijas”.
“Desde el día 26 de abril, en que las niñas estuvieron en la casa de su progenitor, solamente se ha podido concretar una videollamada paternofilial, el 19 de mayo, pero lo más grave es que este equipo profesional también se vio impedido de comunicarse con las niñas”
“Debiendo instrumentar medidas extremas como fue materializarlo a través de la institución escolar en dos oportunidades (7 de mayo, 6 de junio). La Sra. Nara, como su letrado el Dr. Payarola siempre nos han manifestado que lo hacen para resguardar a las niñas y preservar su salud psicofísica, hasta que se iniciaran los tratamientos terapéuticos correspondientes”.
En contraposición, concluyeron: “Pero silenciarse, no es protegerlas, el impedimento a comunicarse en forma correcta con los profesionales del Ministerio Público Tutelar, constituye una grave vulneración al ‘derecho de ser oído’, acorde a todas las normativas jurídicas vigentes”.