El fútbol sudamericano, pasión de multitudes y motor económico, se encuentra en el ojo de un huracán. Una vasta red de corrupción y lavado de dinero ha salido a la luz, extendiéndose desde Paraguay hasta Argentina y amenazando la integridad del deporte más popular de la región. En el centro de esta trama, se señala a la familia Harrison de Paraguay, acusada de liderar un esquema que ha utilizado clubes de fútbol para desviar fondos, inflar fichajes de jugadores y evadir impuestos.
UNA TELARAÑA CRIMINAL CON RAMIFICACIONES PELIGROSAS
La investigación revela un entramado comparable a las estructuras criminales más notorias, con conexiones que llegan incluso a bandas criminales y figuras políticas de alto perfil. Robert Alexis Luis Harrison Paleari, actual presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), ha sido señalado como una figura clave en esta red.
Se le acusa de usar su posición para tejer una “sólida red empresarial” que, lejos de beneficiar el desarrollo del fútbol paraguayo, habría servido a fines ilícitos.
ARGENTINA: ¿PISTA CLANDESTINA DE ATERRIZAJE?
Argentina ha emergido como un punto neurálgico para las operaciones de esta organización. Clubes históricos como Newell’s Old Boys, Arsenal y Tigre habrían sido instrumentalizados para el lavado de dinero y la triangulación de jugadores. De manera alarmante, Newell’s Old Boys es descrito como un centro clave de lavado de dinero con vínculos directos con la banda narcotraficante “Los Monos” de Rosario, un dato que enciende las alarmas sobre la seguridad nacional.
EL MODUS OPERANDI DE LA RED: ENGAÑO Y EVASIÓN
La red utiliza diversas tácticas para sus actividades ilícitas, mostrando un sofisticado nivel de organización:
* Transferencias fraudulentas: Se inflan los precios de los jugadores para generar ganancias ocultas en cuentas offshore.
* Triangulación prohibida por la FIFA: Jugadores son registrados brevemente en clubes paraguayos para evadir impuestos antes de su destino final en Argentina.
* Evasión fiscal: Millones de dólares en transacciones no declaradas, afectando directamente la recaudación de impuestos del Estado argentino.
* Manipulación deportiva: Se imponen jugadores a los clubes mediante presión a entrenadores y directivos, con sobornos encubiertos que distorsionan la competencia.
CASOS EMBLEMÁTICOS QUE REVELAN LA CORRUPCIÓN
Varios casos han salido a la luz, ilustrando el descaro y la impunidad con la que operaba esta red:
Cristian Colmán: Se ocultaron $900,000 USD en su pase al FC Dallas. Su transferencia a Godoy Cruz y Arsenal también se utilizó para desviar dinero. Sorprendentemente, Christian Aldo Harrison Paleari, hermano del presidente de la APF, habría firmado documentos en representación del Club Nacional de Paraguay sin ser la autoridad competente, aceptando una oferta menor y canalizando $500,000 USD adicionales a una empresa “de papel”. Audios revelados exponen la manipulación del jugador y la orquestación de un “operativo mediático” para inflar su valor.
Alfio Oviedo: Fichado por Newell’s con un sobreprecio de 17 veces su valor real. La organización adquirió ilegalmente sus derechos y luego lo vendió a Newell’s a un precio exorbitante. El pago por la cesión temporal no fue al club paraguayo, sino directamente a uno de los implicados, quien transportó el dinero en efectivo de Argentina a Paraguay en un avión privado.
Teodoro Paredes: Su transferencia implicó triangulaciones ilegales y desvío de dinero. Estando libre, fue inscrito brevemente en el Club Nacional de Paraguay (club vinculado a la familia Harrison) antes de ser cedido a Newell’s Old Boys, en lo que se conoce como una “transferencia puente” prohibida por la FIFA, ya que no jugó ningún minuto en Nacional.
Blas Armoa: Vendido a Tigre con un “fondo de inversión oculto” para evadir impuestos y lavar dinero. Un acuerdo inusual lo obligaba a pagar $500,000 USD a su club, Sportivo Luqueño, una suma presuntamente abonada por un “fondo” vinculado a la red. Esta operación, descrita como “absolutamente prohibida por FIFA”, revela cómo el dinero terminaba en manos de terceros y no en los clubes.
Las redes sociales han explotado con el “Escándalo” tras la filtración de chats de WhatsApp que, presuntamente, exponen cómo el presidente de la APF, Robert Harrison, habría utilizado su cargo para manipular convocatorias de jugadores para luego venderlos a precios inflados. Audios impactantes también revelan instrucciones para manipular directores técnicos, incluso con lenguaje denigrante.
Este vasto esquema de corrupción ha generado pérdidas millonarias para Argentina, debilitando económicamente a los clubes y agravando la crisis de seguridad en ciudades como Rosario debido al vínculo con el narcotráfico. La “ceguera de las autoridades” ante estas operaciones ha permitido que la red opere impunemente.
La situación es crítica y demanda investigaciones urgentes y sanciones severas para frenar esta red criminal que amenaza con destruir la industria futbolística en Sudamérica. ¿Serán las autoridades capaces de desmantelar este entramado de corrupción y devolver la transparencia al fútbol?
