Con la inminente llegada del mes de julio, las vacaciones de invierno empiezan a acercarse en el calendario de los argentinos y son muchos los destinos turísticos que se presentan como ideales para visitar en el receso escolar.
Uno de ellos está en pleno corazón de los Valles Calchaquíes, a 157 kilómetros al suroeste de la ciudad de Salta y, se encuentra a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar, al pie del imponente Nevado de Cachi. Justamente, Cachi es la ciudad cuyo sobrenombre es el “Balcón del cielo” y, donde para llegar se puede tomar la Ruta Nacional 33, atravesando la serpenteante Cuesta del Obispo y el Parque Nacional Los Cardones, latitud de paisaje árido y montañoso con vistas increíbles formando un horizonte visual único.
El lugar deslumbra con sus paisajes imponentes, calles de piedra y aire de tranquilidad andina. Es uno de los destinos más cautivantes del norte argentino, ideal para quienes buscan naturaleza, historia y cultura local.
En auto, desde la Ciudad de Buenos Aires se deben manejar poco más de 20 horas atravesando las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero y la propia Salta para en luego de 1.618 kilómetros arribar a Cachi.
Entre cerros, historia y cielos despejados, Cachi ofrece gran diversidad de actividades y recorridos para disfrutar del paisaje del noroeste. Esta ciudad salteña combina la belleza natural de la Puna y los valles altos con un casco histórico perfectamente conservado. Sus casas de adobe blanco, techos de caña y calles empedradas cuentan siglos de historia.
Algunas actividades imperdibles que se pueden realizar en Cachi son:
* Recorrer el centro histórico, donde se destaca la Iglesia San José de Cachi, construida en el siglo XVIII.
* Visitar el Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz, con piezas que datan de más de 10.000 años.
* Caminar por los alrededores del pueblo, entre senderos de montaña, miradores naturales y plantaciones de pimientos, nueces y viñedos.
* Explorar el Nevado de Cachi, una cordillera de cumbres que supera los 6.300 metros de altura, muy valorada por montañistas.
* Observar las estrellas bajo el cielo despejado, uno de los más limpios del país, es ideal para la astrofotografía.
Pero también tiene buena gastronomía y mucha oferta en turismo rural
Cachi también es un destino gourmet dentro del circuito del vino de altura. En sus alrededores se pueden visitar bodegas boutique que producen varietales únicos, como el torrontés y el Malbec andino.
Además, muchas familias locales ofrecen experiencias de turismo rural y comunitario, donde los viajeros pueden participar en tareas del campo, conocer tradiciones ancestrales y probar platos típicos como el guiso de quinua, tamales y empanadas salteñas.
¿POR QUÉ CACHI LLEVA EL MOTE DE “EL BALCÓN DEL CIELO”?
El apodo “El balcón del cielo” no es casual. Desde diferentes puntos de Cachi, ya sea subiendo al Cerro Cuchi o simplemente desde sus miradores, es posible contemplar vistas panorámicas que parecen tocar el cielo. Los amaneceres y atardeceres entre montañas, nubes bajas y colores que cambian con la luz convierten al lugar en un verdadero balcón natural al paisaje norteño.
Cachi es mucho más que un pueblo pintoresco, es una invitación a conectar con lo esencial, donde el tiempo parece ir más lento y la belleza está en cada rincón. Es ideal para escapadas de aventura, relax o descubrimiento cultural, ya que, este balcón del cielo es uno de esos lugares que enamoran a los turistas que lo visitan y con la hospitalidad de su gente y sus atractivos naturales, es una carta de invitación a volver siempre.
