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Los jubilados son cada vez más y hasta existe una economía propia para que la longevidad no los mate

Las jubilaciones aumentaron 16% interanual en mayo último, pero igual se ubican 2% por debajo de igual mes de 2023, lo que, en líneas generales, significa que se redujo en poder de compra real de los haberes previsionales.

La nómina de adultos mayores que los perciben se incrementó entre todo el siglo pasado y lo que va de este un 65% y también creció proporcionalmente el número de los que tienen edad activa, o sea, entre 15-64 años, en el mismo lapso, con lo que Argentina es uno de los pocos países que conservan en llamado bono demográfico.

En ese marco, el empleo registrado juega un rol fundamental, por ser el que asegura el ingreso de aportes al sistema previsional para sostenerlo.

En ese sentido, la tasa de desocupación ascendió a 7,9% en relación al 7,7% registrado en idéntico trimestre del año anterior, que ya venía en alza.

En términos absolutos y considerando la población total, son 1.808.000 casos.

Desde la asunción del Gobierno de Javier Milei a marzo 2025, se destruyeron 115.353 puestos de trabajo registrados en el sector privado y la dotación de personal se redujo en 50.553 puestos de trabajo en el sector público, según datos del Centro CEPA.

Y si bien se incrementó el número de monotributistas, su aporte al SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) es muy inferior, dada la diferencia entre las categorías del régimen de autónomos y las escalas de los convenios colectivos de trabajo.

En resumidas cuentas, más jubilados, con mayor tasa de expectativa de vida a expensas de un mayor costo de su gasto en salud (este ítem solo representa el 30% de la canasta del jubilado que mide la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Más de la mitad de los jubilados y pensionados ingresaron por moratorias y cobran la mínima, que se refuerza con un bono compensatorio congelado desde hace más de un año.

Aquellos adultos mayores que cobran la mínima sin tener ahorros, o seguir en actividad o recibir ayuda familiar, tienen que acomodar su estándar de vida a una entrada que debería multiplicar por tres lo que cobran para acceder al gasto mensual estimado por la ONG porteña que los representa.

Visto de otro modo, se ubican por debajo del límite de la pobreza.

LA OTRA CARA DE LOS JUBILADOS

De esa frontera hacia arriba se incubó una minoría de la generación de mayores de 60 años que rompe con los estereotipos tradicionales asociados a la vejez.

Gracias a disponer de un mayor poder adquisitivo, conciencia sobre su bienestar, cuidado de su salud y nuevos patrones de consumo, demuestran una nueva forma de envejecer activa, saludable y con patrones de consumo renovados.

Esta corriente, denominada “Silver Economy”, está transformando industrias y redirigiendo el foco del mercado hacia un segmento poblacional que crece aceleradamente en América Latina.

Las proyecciones de la ONU indican que para la región que la proporción de personas de 65 años o más podría aumentar del 9,9% en 2024 al 18,9% en 2050.

Cristian Sepúlveda, CEO de Apex America Brasil y experto en Longevidad y Silver Economy, afirma que “actualmente, en países como Argentina, Chile, Colombia y Perú, este grupo etario representa entre el 13% y el 16% de la población total, con una tendencia al alza”.

Y prevé que “para 2030, la población mayor de 60 años supere a la de menores de edad en varias de estas naciones”.

Sin embargo, la grieta más profunda se abre por el lado del ingreso.

Uno de cada tres jubilados en Argentina es pobre, según el estudio “Pobreza e Indigencia: Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, realizado por los investigadores Eduardo Chávez Molina (Instituto Gino Germani, Universidad de Buenos Aires y Universidad de Mar del Plata), José Rodríguez de la Fuente (CONICET e Instituto Gino Germani) y Mariana Sosa (CONICET).

En la primera mitad de 2024, el porcentaje de mayores de 65 años (inactivos) que son pobres había crecido más del doble, al pasar del 13,2% en el primer semestre de 2023 al 30,8% en el mismo periodo de 2024.

GESTIÓN DE LA LONGEVIDAD

Para los adultos mayores que están del lado pudiente de esa división socioeconómica, se entró “en la era de la gestión de la longevidad, un nuevo desafío que incluye parar el edadismo (discriminación por edad) y pensar qué entendemos por labor, trabajo y acción para abrir caminos de participación genuina e integral”, explicó Mercedes Jones, doctora en sociología de la Universidad de San Andrés, en el marco de la última edición del foro GLI Latam, realizado por Pro Mujer, una organización que brinda servicios de inclusión financiera, salud y capacitación a mujeres de bajos recursos en América Latina.

¿Pueden mujeres y hombres que, ya pasados sus 60 años mantener vidas ricas en todos los aspectos, incluido el sexual, y romper con la etiqueta de “los abuelitos”?

La antigua imagen de las personas mayores de 60 años que después de jubilarse se vuelven pasivas o desconectadas del presente se trastrocó con la que transmiten aquellas que viven esta nueva etapa de su madurez con muchísima energía, curiosidad y un profundo deseo de seguir creciendo personal y emocionalmente.

Manejar las nuevas tecnologías, ser modernas, progresistas, con ganas de disfrutar de la vida, aprender, colaborar con la sociedad, viajar, conocer a gente nueva y adueñarse de su destino, constituyen el nuevo paradigma.

CALIDAD DE VIDA

Una combinación de factores como la atención médica, la nutrición, el nivel socioeconómico y las condiciones ambientales determina la calidad de vida de la tercera edad.

De acuerdo con el estudio “The future of aging” de Deloitte, la longevidad es un fenómeno relativamente reciente.

“En 1900, la esperanza de vida promedio al nacer en Estados Unidos era de 47 años. Hoy, la persona promedio en Estados Unidos puede esperar vivir hasta bien entrados los 70 años, y las mujeres, hasta principios de los 80″, señala el informe.

En 2024, la expectativa de vida en Argentina alcanzó los 77,5 años, según la Organización Panamericana de la Salud. Este valor ubica al país por encima del promedio de otras naciones del continente y refleja un crecimiento sostenido en las últimas décadas.

Esta nueva realidad está transformando la forma en que concibe el envejecimiento.

Como destaca el estudio de Deloitte, “para 2040, esperamos que el consumidor esté en el centro del modelo de salud. La aparición de enfermedades, en algunos casos, podría retrasarse o eliminarse por completo: el cáncer y la diabetes podrían unirse a la polio como enfermedades vencidas”.

En este futuro, la vejez no estaría definida por la enfermedad y las limitaciones funcionales, sino por una vitalidad extendida y una continua participación activa en la sociedad”.

CIRUGÍAS ESTÉTICAS

Un ejemplo claro de este cambio de paradigma se observa en el creciente interés por la cirugía estética entre los adultos mayores.

El cirujano plástico Juan Manuel Seren, quien revolucionó el campo de la cirugía plástica, estética y reconstructiva con su técnica técnica de Rápida Recuperación Mamaria, basada en el protocolo ERABAS (Enhanced Recovery After Breast Augmentation Surgery), que permite a las pacientes retomar su vida normal en tiempo récord, comparte la experiencia de una paciente de 79 años que decidió someterse a una cirugía para corregir un encapsulamiento mamario antes de casarse por cuarta vez.

“Vegetariana, profesora de yoga… una paciente sana, con buen desempeño, ella hacía deporte, todo perfecto”, describe el médico, destacando cómo esta generación cuenta con un “envejecer mucho mejor que quizás el de nuestros abuelos”.

UNA ECONOMÍA SILVER

Deloitte, en su informe “The future of aging”, plantea un futuro donde “en lugar de tener comunidades enteras dedicadas a albergar a adultos mayores, las personas podrían permanecer —y continuar participando— en las comunidades de su elección, entre personas de todas las edades y con el apoyo de tecnología de atención en todas partes”.

Como recuerda Deloitte citando a Ashton Applewhite, líder del movimiento para disipar la discriminación por edad: “La longevidad ha llegado para quedarse”.

El informe señala, además, que la generación millennial está por superar en número a los baby boomers en Estados Unidos, lo que augura un futuro donde las soluciones para la vida cotidiana integrarán naturalmente las necesidades de los adultos mayores sin estigmatizarlos.