El nuevo formato del Mundial de Clubes trajo consigo una oportunidad histórica para Boca y River. Con la tercera fecha de la fase de grupos en curso, el “Millonario” se perfila como el único equipo argentino que podría quebrar una racha negativa que arrastra el fútbol nacional desde que se instauró esta competencia internacional: vencer a un equipo europeo.
El próximo duelo ante el Inter de Milán, además de definir su clasificación, podría marcar un hito para el conjunto de Núñez y para el fútbol argentino en general, cosa que Boca no pudo conseguir en ninguna de las dos primeras fechas de su grupo.
Hasta ahora, ningún club argentino logró imponerse ante un rival europeo en el Mundial de Clubes. Boca, que llegó dos veces al torneo en la era moderna (2007 y 2025), cayó frente al Milan 4-2 (final) y Bayern Múnich 2-1 (fase de grupos), además de igualar ante Benfica 2-2 (fase de grupos).
Estudiantes de La Plata estuvo cerca en 2009, pero perdió en tiempo suplementario ante el Barcelona por 2-1. San Lorenzo no pudo con el Real Madrid en 2014 y River fue derrotado por el Barcelona en 2015.
Incluso en 2018, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo ni siquiera accedió a la final tras perder con Al Ain en semifinales.
El conjunto dirigido por Gallardo llega a la última fecha del grupo con varias posibilidades de clasificar y tener un lugar en los octavos de final. Pero más allá de lo deportivo, el partido representa una oportunidad simbólica: romper con una maldición que persigue a los clubes argentinos desde hace casi dos décadas, en un certamen donde los europeos impusieron su dominio con firmeza.
River ya hizo historia en 2015 al llegar a la final del Mundial de Clubes y, aunque no pudo con el Barcelona de Messi, vuelve a tener en sus manos la posibilidad de cambiar la narrativa.
El desafío será enorme frente a un Inter de Milán que llega como uno de los candidatos al título, siendo el subcampeón de la última Champions League, pero en el fútbol todo puede pasar.
