Mientras continúan las negociaciones por el cierre de listas y la búsqueda de unidad en el peronismo bonaerense, algunas voces dentro del espacio expresaron preocupación por una posible “radicalización” de sectores vinculados al kirchnerismo, que estarían impulsando una estrategia política por fuera del cauce electoral tradicional.
“Nos quieren llevar a romper”, advierte un dirigente del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) alineado con el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
La frase sintetiza una creciente inquietud dentro del kicillofismo: que una parte de La Cámpora y sus aliados estén diseñando una salida política por fuera de las vías tradicionales, apelando a gestos radicalizados y provocativos para forzar una ruptura interna y luego responsabilizar al sector más institucional del PJ.
Según esta lectura, el vandalismo reciente en la sede de TN y los escraches organizados contra el diputado José Luis Espert serían parte de una estrategia motorizada desde sectores vinculados a los dirigentes más duros del kirchnerismo.
“Usaron una camioneta de Quilmes”, apuntó la fuente sobre el ataque a la casa del legislador libertario, y sumó que la utilización de un vehículo ligado al municipio del sur del conurbano es una muestra de que quisieron dejar “todos los dedos marcados” en el episodio.
Además, en el MDF encuadraron dentro de este esquema “rupturista” al dirigente social Juan Grabois, al mencionar sus recientes llamados a la abstención electoral y la búsqueda de alianzas con sectores de izquierda como el FIT-U.
“Si tiene asidero la radicalización, la instancia electoral pierde cierta relevancia”, plantearon desde el kicillofismo.
De esta manera, en un clima donde el calendario electoral avanza y la desconfianza se agudiza, algunos referentes del MDF con responsabilidad institucional advierten que, lejos de estar discutiendo candidaturas, hay sectores del peronismo que están pensando la política por fuera de las urnas.
Para ese grupo, ganar las elecciones de 2025 es secundario: el verdadero objetivo, sugieren, sería resistir, tensionar y, eventualmente, forzar una nueva etapa en la que el juego institucional pierda centralidad.
A la vez que identifican los riesgos que podrían ocasionar sus adversarios internos, en el MDF se ilusionan con la posibilidad de sumar a sus filas a otros dirigentes “satélite” del peronismo que actualmente se encuentran tanto fuera del PJ como de La Cámpora.
En esa lista incluyen al intendente de Tigre, Julio Zamora, alejado del Frente Renovador, y al ex jefe comunal de Hurlingham Juan Zabaleta, quien mantiene un enfrentamiento de larga data con la organización de Máximo Kirchner y que permanece en el llano desde que en 2023 perdió el municipio a manos de Damián Selci.
Los armadores de Kicillof tienen claro que no quieren replicar la experiencia frustrada de otros dirigentes del peronismo como Daniel Scioli o Alberto Fernández, que nunca le dieron forma a su propio armado y terminaron fagocitados por el kirchnerismo. Por eso apuestan a “hacer número” en el MDF, la herramienta electoral con la que aspiran a discutir en igualdad de condiciones con La Cámpora y el massismo.