El acusado del crimen de un hombre que estuvo desaparecido durante más de un mes y fue hallado muerto en un aljibe en la provincia de Río Negro declaró y pese a que manifestó que gatilló “la porquería esa” por defensa propia, la jueza dispuso su prisión preventiva por cuatro meses.
El hallazgo del cuerpo de la víctima sucedió el pasado 24 de julio en el paraje El Arroyón, en cercanías de la ciudad de Cinco Saltos, y por el hecho se detuvo a Miguel Ángel Navarrete, a quien se lo acusa de ser el autor material del asesinato y de descartar el cadáver del sujeto.
En la reconstrucción del caso se pudo establecer que el hecho se produjo entre la noche del 20 de junio y la madrugada del 21. En ese lapso, el imputado habría sorprendido a la víctima en el interior de su propiedad privada, en momentos en que ésta habría acudido al lugar con la intención de reclamar animales que consideraba de su propiedad.
Desde el Ministerio Público Fiscal provincial formularon la imputación contra Navarrete por haberle disparado con un arma de fuego y luego ocultar el cuerpo, que fue hallado más de un mes después en un pozo del mismo predio. Por este motivo, fue imputado por el delito de homicidio calificado por el uso de arma de fuego y portación de arma de fuego de guerra, en calidad de autor.
La fiscalía destacó en la audiencia que el acusado “utilizó un arma de fuego de fabricación casera y de uso prohibido, sin contar con la autorización legal correspondiente, para efectuarle un disparo en el tórax a la víctima, lo que le ocasionó la muerte”.
Luego, habría ocultado el cuerpo en un pozo tipo aljibe, el cual fue hallado el 24 de julio, en el marco de un allanamiento realizado por personal policial y la división canes especializada en la búsqueda de cadáveres”.
En la audiencia Navarrete declaró y relató que se habría tratado de un caso de legítima defensa durante un intento de robo, algo que la Justicia no le creyó: “Estaba adentro descansando y empezaron a gritar los perros y gansos. Atiné a disparar, otra cosa no me quedaba. Amagué para un lado y para el otro, y bueno, gatillé la porquería esa”.
La jueza de Garantías hizo lugar a la formulación de cargo y expresó que, haberse deshecho del cuerpo luego de efectuar el disparo, “aleja la hipótesis de que se haya tratado simplemente de un caso de legítima defensa”.
No obstante, fue enfática al señalar que se trata del inicio de una investigación que se extenderá por los próximos cuatro meses.
Por igual plazo, y con fundamento de posible riesgo de entorpecimiento de la investigación —dado que el acusado ocultó el cuerpo y que, en libertad, podría coaccionar a testigos— dispuso la prisión preventiva del hombre.