La obsesión de Román: “Para ser grande de verdad, tenés que ganar la Copa Libertadores”. Quizá esta frase de un Román opositor al Tano Angelici explique en gran parte la actual tormenta perfecta que atraviesa Boca. La casaca azul y oro siempre pesó, pero desde que su máximo ídolo, desde el llano, dijo esas palabras, pesa más. La mochila se la puso Román solo.
En el universo de Boca Juniors, hay una frase que resuena con particular fuerza, una máxima que el ídolo y actual presidente, Juan Román Riquelme, convirtió, sin querer queriendo, en el faro de su gestión: “Si sos bueno tenés que ganar la Copa Libertadores”. No es solo un eslogan, es la piedra angular de su visión para el club, una convicción que él mismo manifestó en múltiples ocasiones.
Para Riquelme, la Copa Libertadores no es un trofeo más. Va mucho más allá de un simple galardón; es la verdadera medida de la grandeza. “Para ser grande de verdad, tenés que ganar la Copa Libertadores”, sentenció Román, dejando claro que, si bien los campeonatos locales son importantes y celebrados, la trascendencia de un club como Boca se forja y se demuestra en el ámbito continental.
La pasión de Riquelme por este torneo es palpable. En una de sus declaraciones más contundentes, llegó a afirmar que “una Copa Libertadores vale 10 campeonatos argentinos” para Boca. Esta desproporcionada equivalencia no hace más que subrayar la jerarquía que le otorga a la competencia más prestigiosa de Sudamérica, un certamen que el propio Román levantó en tres ocasiones como jugador (2000, 2001, 2007) y que lo catapultó a la cima del fútbol mundial.
Su gestión al frente de Boca está, desde el primer día, impregnada de esta obsesión. Cada decisión, cada refuerzo, cada planificación parece estar orientada a levantar nuevamente ese trofeo tan anhelado por la mitad más uno del país. Para Riquelme, la vara de la grandeza no se mide solo por la cantidad de socios o la pasión de la hinchada, sino por la capacidad de conquistar América. Es la Copa Libertadores el objetivo principal, la meta innegociable que define el éxito para el hombre que hoy conduce los destinos del “Xeneize”.