Actualmente, tener clave para todo es común como engorroso, teniendo en cuenta que para proteger la información siempre se debe tomar el trabajo de generar claves diferentes y lo más alejada de palabras y números personas como, por ejemplo, direcciones, nombres de familiares o mascotas, entre otras que son un clásico. Pero, en un mundo cada vez más digitalizado, la vida depende de múltiples cuentas en línea como son las:
* Redes sociales.
* Bancos.
* Correos.
* Plataformas de streaming.
* Tiendas virtuales.
Allí, cada una guarda fragmentos de información personal, financiera o laboral intransferible. Por eso, asegurar bien el acceso a ellas con claves que combinen un nutrido grupo de caracteres con símbolos, letras y número es ideal para no dar lugar a una puerta directa a la identidad digital.
El problema surge cuando, por comodidad, se usa la misma contraseña para todo, lo cual es equivalente a tener una única llave para abrir todas las puertas de la casa y, si esa llave cae en manos equivocadas, el daño puede ser mucho mayor de lo que de las personas se imaginan. Es por eso que, los expertos en ciberseguridad insisten en que uno de los hábitos más importantes es utilizar claves diferentes para cada cuenta. Aunque sea fastidioso al principio, hay razones contundentes para adoptar esta práctica y herramientas que facilitan el proceso.
Consejos para no repetir contraseñas y resguardar la información personal en cada cuenta digital.
Repetir contraseñas es un riesgo
* Muchos usuarios utilizan la misma contraseña para distintas cuentas como, por ejemplo, correo, redes sociales, plataformas de streaming o bancos y, aunque parece práctico, es una de las principales vulnerabilidades en seguridad digital.
Un solo hackeo puede abrir todas tus cuentas
* Si una de las cuentas sufre una filtración, los ciberdelincuentes pueden probar esa misma clave en otros servicios y acceder a las demás generando el robo de información.
Los ataques no discriminan
* No importa si la cuenta filtrada es la de un sitio menor o de poca importancia porque los delincuentes digitales automatizan procesos probando combinaciones en múltiples plataformas, desde Netflix hasta tu homebanking.
La información personal está en juego
* Usar una misma contraseña pone en riesgo fotos, datos bancarios, historiales de búsqueda y hasta documentos laborales o académicos.
Variar las contraseñas brinda más protección
* Tener una clave diferente para cada cuenta actúa como una barrera, por lo que, si una es vulnerada, las demás siguen protegidas. Es una de las medidas más simples y efectivas de ciberseguridad.
Las claves fáciles ya no sirven
* Evitar contraseñas como “123456”, “contraseña” o el nombre de la mascota es fundamental. Cuanto más compleja, más difícil de adivinar o descifrar será.
Usar doble factor siempre ayuda
* La autenticación en dos pasos suma seguridad extra. Aunque alguien descubra la clave, no podrá acceder sin el segundo paso (como un código por SMS o una app).
La clave está en prevenir, no en lamentar
* Tener contraseñas distintas para cada cuenta es una acción simple que puede evitarte dolores de cabeza enormes y, es por eso que, siempre, la seguridad digital empieza con buenos hábitos.