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Ciclo cumplido

Independiente perdió 2-0 con Belgrano de Córdoba, en Rosario, y se quedó eliminado de la Copa Argentina en octavos de final.

Lo de esta tarde noche en el estadio Gigante de Arroyito fue un partido con olor a fin de ciclo. Sí, fin de ciclo de manera prematura en un inicio de semestre para un entrenador temeroso, que perdió la brújula del equipo y que le quedó grande el saco de director técnico de Independiente.

Si bien tuvo un buen primer semestre, dio la talla en un solo partido de peso y fue aquel ante Boca en La Bombonera por los cuartos de final del Torneo Apertura donde decidió salir a arriesgar confiando en sus herramientas.

Desde ahí, nunca más arriesgó y no honró el fútbol que pregona Independiente o supo pregonar en gran parte de su historia.

Cinco partidos disputados en este semestre, los cinco empezó perdiendo y solo uno lo dio vuelta ante Gimnasia de Mendoza en la fase anterior de Copa Argentina.

Sería inútil quedarse con los números de los marcadores pero la realidad, desde el juego, indica que el ‘Rojo’ se transformó en un equipo predecible, apático y que hace buenos a rivales mediocres o de menor calibre.

En un primer tiempo parejo en Rosario, Belgrano se adelantó en el último minuto del mismo con un cabezazo letal de Franco Jara ante una endeble marca de Kevin Lomónaco.

En el segundo tiempo, Belgrano le cedió la pelota a Independiente para que lo ataque y a los de Avellaneda no se les cayó una idea para penetrar la de defensa de los cordobeses.

Y en esa apatía e inocencia, el capitán y bandera belgranense Lucas Zelarrayan convirtió el segundo gol para redondear un partido perfecto para el nacionalizado armenio que hizo lo que quiso en el mediocampo.

El segundo gol desnudó la pérdida de norte de Vaccari que metió cuatro cambios en una ventana y puso a su ayudante de campo a dar indicaciones, escondiéndose en el banco de suplentes del estadio mundialista.

Finalmente, Independiente sumó su tercera derrota al hilo y se quedó fuera de la Copa Argentina con un público que llenó el Gigante de Arroyito y terminó cantando en contra de los jugadores por primera vez en mucho tiempo.

El futuro del entrenador hoy es una incógnita y el partido ante River del próximo sábado será trascendental en un ambiente que será un hervidero.