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Con 10 minutos alcanza. ¿Por qué ducharse antes de dormir mejora la calidad del sueño?

Además de ser una cuestión higiénica, bañarse es un acto saludable para la calidad del sueño de las personas. Muchas se bañan al despertar cada mañana y, otras lo hacen al acostarse. Asimismo, hay un porcentaje que lo hace en ambos momentos del día. En este último caso, además de higienizarse, muchos adoptaron el acto como un hábito saludable para “sacarse el día de encima”, es decir, buscan renovarse y así poder descansar mejor durante la noche.

Según la ciencia, darse una ducha por la noche es una costumbre que, además de higiénica, puede tener un impacto directo en la calidad del descanso. Este simple hábito puede mejorar el sueño de manera significativa.

Además, el agua tibia tiene un efecto inmediato sobre los músculos tensos y la mente agitada. Al entrar en contacto con el cuerpo, genera una sensación de alivio que ayuda a desconectarse del ritmo acelerado del día.

BENEFICIOS DE DUCHARSE DE NOCHE

Estos beneficios de ducharse de noche están relacionados con poder relajar el cuerpo y mejorar el descanso, luego de un día agitado de trabajo.

Regula la temperatura corporal

* Uno de los beneficios claves es la regulación de la temperatura corporal, ya que, al salir de la ducha, el calor corporal interno desciende levemente, lo que el cerebro interpreta como una señal para prepararse para dormir.

Dormirse más rápido y con menos interrupciones

* Ducharse entre 1 y 2 horas antes de acostarse puede reducir el tiempo que se tarda en dormir y favorece a un descanso más continuo.

Ideal para quienes sufren insomnio

* Las personas con trastornos del sueño pueden beneficiarse particularmente porque incorporar una ducha tibia dentro de una rutina nocturna calma el sistema nervioso y reduce el estrés. Son dos factores que suelen interferir con el sueño.

¿Ducha fría o tibia?

* La temperatura del agua importa. En este caso, la recomendación es que la ducha nocturna sea tibia, entre 36 °C y 38 °C, ya que, una ducha caliente puede tener un efecto estimulante, y una muy fría, generar alerta en lugar de relajación.

Un ritual para desconectarse

* Más allá del efecto fisiológico, el ritual de ducharse puede funcionar como una señal para el cuerpo y la mente, indicándoles que ya es hora de parar, apagar pantallas y entrar en modo descanso.

Aromaterapia en la ducha

* Agregar unas gotas de aceite como, por ejemplo, fragancias a lavanda o eucalipto en el agua o en un difusor puede potenciar el efecto relajante. También se puede usar jabón con propiedades calmantes.

10 minutos son suficientes

* La duración también es clave. Una ducha breve, de no más de 10 minutos, alcanza para obtener los beneficios sin resecar la piel ni alterar el ritmo natural del sueño.

Un pequeño cambio es de gran impacto positivo

* Adoptar este hábito sencillo puede marcar la diferencia entre dormir por obligación y descansar de verdad.