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“Son mejores que las de Mar del Plata”: fue a un bodegón, lo definió como rico y abundante, y elogió las rabas

En el corazón de La Paternal, a media hora del centro porteño, un clásico Bodegón ofrece una experiencia gastronómica que combina parrilla, mariscos y platos tradicionales con porciones generosas, precios accesibles y una atención cálida que lo vuelve irresistible.

Un usuario de redes visitó el lugar al que calificó de “bueno, rico y abundante” recomienda ir para alegrar al corazón. Entre los platos que elogió se destaca el Salmón con frutos del mar, pero, también acentuó las rabas.

Si alguien pensaba que las mejores rabas estaban en la Costa Atlántica, probablemente se equivoque a juzgar por un cliente que aseguró: “Son mejores que las de Mar del Plata”, lanzó el comensal entusiasmado después de probar este clásico de Viejo Mundo Bodegón, uno de los secretos mejor guardados de La Paternal, donde los platos son abundantes, sabrosos y con sabor casero que remite a los almuerzos de domingo.

Ubicado en la esquina de Warnes y Raulies, este Bodegón es un clásico porteño que honra la tradición del buen comer. Con una carta que mezcla sabores típicos argentinos, pescados frescos y pastas bien cargadas, combina lo mejor de la cocina local con un ambiente relajado y auténtico.

Tres pilares irresistibles de Viejo Mundo Bodegón

LA PROPUESTA GASTRONÓMICA SE APOYA EN ESTAS TRES ESPECIALIDADES

Parrilla argentina

* Cortes generosos, jugosos y servidos al estilo de antaño.

Marisquería fresca

* Rabas.
* Cornalitos
* Cazuelas de mariscos.

Son algunos de los platos marítimos que compiten con los clásicos nacionales.

Pastas caseras

* Sorrentinos.
* Ñoquis, con salsas elaboradas en el momento.

Los platos son generosos e invitan a una variada carta de pastas. A esto se le suma un abanico de vinos y variados postres tradicionales como:

* Flan mixto.
* Panqueques con dulce de leche.
* Budín de pan.

COMER BIEN ES SENTIRSE MEJOR

Viejo Mundo no solo conquista por el paladar. El salón amplio, con mesas de madera, manteles cuadriculados y un servicio amable, remite al bodegón de barrio de toda la vida. Además, su espacio exterior con toldo es ideal para disfrutar al aire libre sin preocuparse por el clima.

La cocina es abierta, visible desde algunas mesas, y eso genera un vínculo especial entre el comensal y quienes preparan los platos. El olor a parrilla y a salsa casera se mezcla con las conversaciones, risas y brindis que definen el espíritu del lugar.

La ubicación lo convierte en una excelente opción tanto para vecinos como para turistas que buscan comer bien alejándose de los tradicionales restaurantes del centro de la ciudad. Combinando transporte público, se puede llegar en colectivo, subte, taxi o bien, ir en auto propio.

RECOMENDACIONES ÚTILES

* Reservar con anticipación, especialmente los fines de semana.
* Los medios de pago son variados y pueden ser: efectivo, tarjetas de crédito y débito y transferencias.
* En Viejo Mundo se encuentran sabores reales, porciones generosas y atención cálida.

Luego de degustar entre amigo o con familia de los platos que ofrece el lugar, llegar al centro de la ciudad es fácil como así también a otros puntos de la misma para seguir disfrutando de todas sus variadas actividades y espacios públicos que tiene para vivir un día bien citadino.