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Ni cemento ni pasto: ¿cuál es el mejor suelo para correr y no perjudicar a las rodillas?, según la ciencia

Correr es una de las actividades físicas más accesibles y practicadas en todo el mundo. Sin embargo, no todos los corredores prestan atención al tipo de superficie en la que entrenan, y esto puede marcar una gran diferencia en la salud de las rodillas y otras articulaciones.

El impacto repetitivo de cada zancada sobre superficies duras o irregulares puede aumentar el riesgo de lesiones, especialmente en personas con antecedentes de problemas articulares o que recién comienzan a correr. Por eso, elegir el suelo adecuado es clave para prevenir dolores y prolongar la vida deportiva.

Según especialistas en medicina deportiva, ni el cemento ni el pasto son la mejor opción para entrenar de forma habitual. El cemento, por su dureza, genera un alto impacto en cada pisada, mientras que el pasto, aunque más blando, puede presentar irregularidades que aumentan el riesgo de torceduras.

Una de las superficies más recomendadas es la pista de atletismo de tartán o caucho sintético. Este material ofrece:

* Amortiguación.
* Agarre.
* Uniformidad

Estas características, reducen la carga en rodillas y tobillos sin comprometer la velocidad. Además, está diseñado específicamente para correr, lo que lo convierte en la opción preferida de muchos atletas.

¿QUÉ OTRAS OPCIONES EXISTEN PARA REEMPLAZAR CEMENTO Y PASTO PARA REDUCIR EL RIESGO DE LESIÓN A AL CORRER?

Otra alternativa saludable son los senderos de tierra compacta, siempre que estén bien mantenidos y libres de obstáculos. La tierra absorbe parte del impacto y, al ser menos rígida que el asfalto, disminuye el estrés articular. No obstante, es importante elegir rutas seguras para evitar caídas o tropiezos.

La arena húmeda, en playas planas y firmes, también puede ser una buena opción para trabajos de fuerza y resistencia, aunque no es recomendable como superficie principal de entrenamiento, ya que puede exigir demasiado a los músculos y tendones si no se dosifica.

Los corredores que viven en ciudades sin acceso a pistas o senderos naturales pueden optar por cintas de correr de calidad, ya que sus bandas ofrecen amortiguación y reducen el impacto en comparación con el cemento o el asfalto urbano.

CALZADO, COMPONENTE ADICIONAL IMPORTANTE

Más allá de la superficie elegida, los especialistas insisten en la importancia de un calzado adecuado, adaptado al tipo de pisada y con buena amortiguación, así como en la necesidad de alternar entrenamientos para no sobrecargar siempre las mismas estructuras del cuerpo.

Escuchar las señales del cuerpo también es fundamental. Si aparecen dolores persistentes en las rodillas, es aconsejable suspender el entrenamiento y consultar a un médico o fisioterapeuta para evitar lesiones más graves.

En definitiva, correr sobre la superficie correcta:

* Protege las rodillas.
* Mejora el rendimiento.
* Potencia el disfrute de cada entrenamiento.

El equilibrio entre amortiguación, estabilidad y seguridad es la clave para que el running sea un aliado de la salud a largo plazo.