La foto triunfal, pulgar arriba a lo Tom Cruise en Top Gun, del ministro de Defensa, Luis Petri, sentado en la butaca de un caza F-16 dinamarqués de origen estadounidense para graficar la compra de 24 unidades que fortalecerán el sistema de armas de la Fuerza Aérea Argentina, es la cara de la moneda triunfal de su paso por cartera de Defensa que dejará a partir del 11 de diciembre cuando asuma una banca en la Cámara de Diputados nacional, si los ciudadanos mendocinos acompañan la propuesta electoral de La Libertad Avanza.
Sin embargo, ese hecho que podría mostrarse como un logro de su gestión presenta otra cara de la moneda, más trágica y amarga, que se produjo bajo su mandato y que viene a remedar la falta de presupuesto y las carencias operativas de las fuerzas militares de nuestro país.
Para diferenciarse, por ejemplo, de lo que ocurrió con la carrera del ex ministro de Defensa de Cambiemos, Oscar Aguad, marcado por la tragedia del submarino ARA San Juan, el actual ministro de La Libertad Avanza, Luis Petri, debería terminar con la incertidumbre que rodea al accidente aéreo que le costó la vida a uno de los pilotos más experimentados y respetados en el país y en el exterior por su foja impecable de servicio.
El capitán Mauro Testa La Rosa, tenía 33 años, el 15 de julio de 2024 cuando se subió por última vez al A-4 AR Fightinghawk en la ciudad de Villa Reynolds, provincia de San Luis para realizar un ejercicio de adiestramiento nocturno.
Cuando La Rosa inició la carrera de despegue y la aeronave alcanzó una altitud de vuelo de 100 metros, el avión militar, prácticamente, comenzó a desarmarse.
Se desprendió el tubo de chorro, el fuselaje se cubrió de humo, y pese al desastre que ocurre en pocos segundos, el capitán realizó una maniobra para ganar altitud que le permitiera eyectarse de la nave siniestrada y que el paracaídas se abra con el tiempo suficiente para frenar la caída.
Sin embargo, a pesar de la maniobra concretada, nada saldría bien. Nada podía salir bien. Las llamas del fuselaje alcanzaron la cabina, el piloto logró eyectarse pero el fuego consumió el paracaídas y el capitán Testa La Rosa cayó en caída libre y murió por politraumatismos.
Desde entonces, el ministerio de Defensa y la Justicia debe dar una respuesta para saber que sucedió.
Se realizó una primera investigación que sugirió un error humano de parte del fallecido capitán. Fue descartado por una auditoría posterior. Quedó demostrado que La Rosa no cometió ningún error e intento, vanamente, salvar su vida de una aeronave que ya estaba condenada.
La cuestión ahora es saber que pasó. Fue un siniestro que ocurrió por una falla mecánica, negligencia de los que ordenaron ese ejercicio, errores en los talleres donde se ponen a punto los aviones, algún tipo de imprudencia. Todas hipótesis sin respuestas.
El abogado de la familia de Testa La Rosa es el doctor Bautista Rivadera y busca explicaciones. En diálogos con periodistas puntanos señaló que “…una junta de la Fuerza Aérea ya dijo que la muerte del capitán se produjo por fallas técnicas del avión que pilotaba el 15 de Julio de 2024. La junta de investigación realizó un peritaje y concluyó que la nave se precipita a tierra por efecto de una mala mantención previa que se hizo a los vuelos de adiestramiento nocturnos que estaban programados para esa fecha”.
Rivadera agregó “como representante de la familia realice una hipótesis acusatoria ante la fiscalía que indica que una vez identificadas las personas que debieron haber mantenido correctamente el avión, pueden ser imputadas por homicidio culposo”.
Al respecto señaló, “…el informe técnico es bastante claro. Habrá que discutir todo en sede judicial, pero para nosotros se cometieron errores previsibles. Si uno ajusta mal una tuerca se puede producir un evento catastrófico como el que sucedió. Se utilizó material de sujeción, tuercas que estaban usadas, cuando, en realidad, deberían haberse colocado nuevas. Cada vez que se retira material nuevo para hacer el montaje de una aeronave eso debe quedar debidamente registrado”. Bueno, no hay nada registrado. “Se usaron materiales usados cuando debieran haberse utilizado materiales nuevos”.
La familia expresa que más allá de las condolencias de las autoridades, los brigadieres de la Fuerza Aérea no dieron ninguna explicación precisa sobre el incidente.
Sólo la insistencia de sus familiares logró que el ministro Petri asegurara avanzar con una nueva auditoría, para esclarecer el hecho y deslindar responsabilidades que pueden llegar hasta la cúpula de la Fuerza Aérea.
LA PETICIÓN A LAS AUTORIDADES DEL EJECUTIVO LLEGÓ HASTA LA CASA ROSADA.
En una misiva enviada al Presidente, Javier Milei, al cumplirse un año del siniestro, la familia del capitán fallecido expresó, “Presidente Milei, quizás no lo sepa o se lo ocultaron, ya ha pasado un año, el 15/07/24 pierde su vida el Capitán Mauro Testa La Rosa en un avión A4 AR, en la Base Aérea de Villa Reynolds, San Luis. La familia del piloto solo quiere la verdad, Señor Presidente Milei. Necesitamos decirle que hemos querido llegar a Usted por muchos caminos y no hemos podido hacerlo. Este avión A4 AR, el 9 de Julio del 2024 sobrevoló muchas veces entre Av. Del Libertador y El Palomar, si se estrellaba ahí hubiese sido catastrófico, pero sus colaboradores nos dicen…”pero NO SUCEDIÓ “. El 9 de julio (¿o sea 6 días antes ya estaba mal armado?). ¿La noche después de la tragedia falsificaron firmas sobre el mantenimiento? El piloto estaba preparado para una guerra, pero el Enemigo estaba adentro. ¿Desde cuándo hacían todo mal? La máquina perdió el tubo de chorro, qué mide 3 metros, el paracaídas de frenado, pusieron repuestos usados, tuercas mal puestas, Torquímetro que no funcionaba. ¿Y los responsables superiores? El ministro Petri nos dijo en una audiencia que quiere la verdad. A 12 meses… Cuál es la verdad?”
La misiva dirigida a Presidencia es clara y concisa y deja un dato más de lo que podría haber ocurrido si una tuerca se desenroscaba una semana antes de la tragedia de Villa Reynolds.
El 9 de Julio de 2024, ese mismo avión, sobrevoló por las cabezas de miles de personas en un multitudinario desfile organizado por el gobierno nacional. La catástrofe hubiera sido difícil de mensurar.