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Grindetti en la mira: de criticar la inseguridad a la fallida organización en la cancha de Independiente

Néstor Grindetti, presidente de Independiente y una de las voces más críticas del PRO contra la inseguridad, quedó en el centro de la polémica por el fallido operativo de seguridad en el partido contra la Universidad de Chile, que terminó en una batalla campal y la cancelación del encuentro. La controversia se agiganta con un documento que revela que las fallas de seguridad fueron advertidas de antemano.

Según un informe de la reunión previa al partido entre CONMEBOL, la Seguridad de la provincia de Buenos Aires y autoridades de Independiente, al que accedió este medio, ya se había alertado sobre los riesgos de la disposición de las hinchadas. El escrito detalla que la tribuna visitante se ubicaría en el sector sur alto, mientras que en la parte inferior estaría la parcialidad local. “Durante la reunión previa se planteó la conveniencia de que no hubiera público en la tribuna inferior; sin embargo, se informó que esa localidad ya se encontraba vendida”, indica el documento.

Como solución ante la riesgosa cercanía, el plan era claro: “Como medida preventiva, se dispuso que en la tribuna visitante se ubique personal de la Policía y seguridad privada con el fin de evitar que los hinchas visitantes arrojen elementos”. Esta medida, a la luz de los hechos, no se cumplió.

La decisión de mantener la venta de esas entradas y el posterior descontrol contrasta con las duras críticas que el propio Grindetti, de la mano de Patricia Bullrich, lanza habitualmente sobre la gestión de la seguridad en la provincia. De hecho, para agravar la situación, la dirigencia del “Rojo” accedió a liberar 1.500 entradas extra para los hinchas de la U. de Chile, llevando el total a 3.500.

LA RESPUESTA OFICIAL: INACCIÓN PARA “EVITAR UN CAOS MAYOR”

Pese a que el operativo de APREVIDE contemplaba 650 efectivos policiales y 150 agentes de seguridad privada, su accionar fue nulo durante los incidentes. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, admitió que la Policía no ingresó al estadio para “evitar causar más daño”.

“La policía tiene que restaurar el orden y actúa evaluando el uso racional de la fuerza, que significa minimizar los daños. La decisión de suspender el partido fue de la CONMEBOL”, justificó Alonso, y agregó: “Hubiese sido un desastre, podría haber sido un desastre muchísimo mayor”.

Estas declaraciones chocan con la postura de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien si bien intentó una tibia defensa de Grindetti (“no habrá imaginado que podía suceder”), fue lapidaria con la organización al afirmar que “el estadio de ayer no tenía ninguna condición para recibir visitantes” y responsabilizó a la policía provincial y a la Conmebol por la inacción.

UN DISCURSO CONTRA LA INSEGURIDAD QUE QUEDÓ EN JAQUE

El episodio deja a Grindetti en una posición de extrema incomodidad: por un lado, como presidente de un club que se enfrenta a sanciones ejemplares por un operativo de seguridad fallido que fue advertido; y por otro, como un dirigente político cuyo principal caballito de batalla, la lucha contra la inseguridad, quedó severamente cuestionado por los hechos ocurridos en su propia casa.