Home / Nacionales / Donald Trump presiona al Smithsonian para imponer el relato MAGA en sus museos

Donald Trump presiona al Smithsonian para imponer el relato MAGA en sus museos

Los museos cuentan la historia de una nación tanto como los libros. El Instituto Smithsonian, con sus galerías en Washington, es uno de los mayores centros culturales del mundo. Ahora, su autonomía está bajo presión: el presidente Donald Trump ordenó una “revisión interna integral” de ocho salas, con el objetivo de asegurar que sus contenidos encajen en el relato del movimiento MAGA (Make America Great Again) que él lidera.

El mandatario sostiene que el Smithsonian está “fuera de control” porque, a su juicio, “solo se habla de lo horrible que fue la esclavitud y de lo poco que han logrado los desfavorecidos”. En su red Truth Social, reclamó mayor énfasis en lo “positivo” y en el “excepcionalismo estadounidense”.

La Casa Blanca envió una carta formal al director del instituto para notificar que se busca eliminar “narrativas divisivas o partidistas”. El Smithsonian respondió con un breve comunicado en el que defendió su “rigor académico y compromiso con la presentación objetiva de la historia”, aunque aceptó colaborar con la revisión.

La medida despertó fuertes críticas en el ámbito académico. “Es propio de un régimen autoritario, de los nazis o de los tiempos de Franco en España”, advirtió Scott Manning, profesor de Humanidades de la Universidad de Siracusa. “Todos quieren controlar la historia que cuenta la historia”.

Para el historiador William Deverell, la iniciativa refleja “una fantasía sobre un pasado idealizado” y un “mal entendimiento de la historia”, al omitir las luchas sociales que ampliaron derechos en el siglo XX.

Las presiones de Trump son posibles porque más del 60% de los fondos del Smithsonian provienen del Congreso y del presupuesto federal. En mayo, el presidente ya había despedido a la directora de la National Portrait Gallery, tras objetar una exposición con una obra en la que una mujer trans representaba a la Estatua de la Libertad.

Los ejemplos de piezas que podrían quedar en la mira son varios: el mostrador de Greensboro, donde se inició la lucha contra la segregación racial; el manuscrito original del discurso “I Have a Dream” de Martin Luther King; o proyectos vinculados al colectivo LGTBIQ+. Para Trump, esas memorias no resultan “suficientemente positivas”.

El intento de imponer un sesgo ideológico en los museos repite lo ocurrido en universidades, donde la Administración frenó visas para castigar las protestas propalestinas. En ambos casos, la estrategia parece ser la misma: silenciar cualquier relato que no encaje con la visión MAGA.