Celulosa Argentina reportó pérdidas por $ 172.634 millones a partir de una caída de ingresos de 44%, y un patrimonio neto negativo de $ 23.744 millones, lo cual la convierte en una compañía en condición de “quiebra técnica”.
Así surge del balance que la empresa cerró el 31 de mayo de este año y cuyos resultados fueron reportados a la Comisión Nacional de Valores (CNV), dado su condición de empresa cotizante en la Bolsa.
La delicada situación es producto de una combinación de factores entre los que se destacan el desplome de los ingresos, la caída de márgenes y la imposibilidad de trasladar la inflación a precios. Tras caer en default la empresa tampoco pudo reestructurar su deuda.
Los ingresos por actividades ordinarias alcanzaron $258.637 millones, lo que implica una baja del 44% interanual.
Este desplome fue a partir de menores volúmenes de venta y precios deprimidos en términos reales, en un mercado interno con demanda muy débil y crecientes dificultades para exportar con rentabilidad.
Otro de los factores centrales es el agotamiento de la empresa de su capital de trabajo, lo cual ya la había llevado a paralizar la producción de sus plantas en Capitán Bermúdez y Zárate en la provincia de Buenos Aires.
La empresa contrató a la Consultora Valo Columbus para reestructurar su deuda e incluso captar nuevos socios.
“La continuidad de las operaciones depende de la concreción de la reestructuración y de la búsqueda de nuevos socios o inversores que inyecten capital”, señaló el Directorio de la compañía.