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Del Che a Menem: quién es Hugo Sigman, el Rey del Ganado y la posición dominante en las vacunas

El ministro más radical de la administración de Javier Milei, Federico Sturzenegger, lo tiene en la mira. Sabe que las vacunas contra la aftosa, enfermedad virósica que la ganadería argentina no logró erradicar desde el año 1.994, podrían adquirirse a la mitad del precio que la vende el laboratorio Biogénesis Bagó.

Desde entonces, el ministro de Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, instruyó al SENASA para que desregule la importación de productos veterinarios, incluida la vacuna anti aftosa. Un negocio formidable de 150 millones de dólares anuales. Dólares que transfieren los productores agropecuarios a la industria farmacéutica de la que Hugo Sigman es uno de sus máximos representantes.

Sigman protestó en la Justicia Federal para detener la importación de vacunas brasileras, en el vecino país tienen disponibilidad para ofrecerlas al exterior porque su ganado goza de la categoría de estar libre de aftosa sin vacunación, pero el amparo que solicitó fue rechazado por el juez Enrique Lavié Pico.

A pesar del desaire judicial, Hugo Sigman, se posiciona como el protector de una industria farmacéutica nacional que vende remedios, vacunas para la gente y también para el comercio veterinario a precios onerosos.

A pesar que en sus comienzos en la industria farmacéutica, apadrinado por su suegro, Roberto Gold, uno de los empresarios simpatizantes del Partido Comunista Argentino, citado por el periodista Isidoro Gilbert en su libro el “Oro de Moscú”, era un defensor de la desregulación farmacéutica e importó durante años componentes genéricos en el país, en la actualidad intenta detener como sea la avanzada del gobierno de Javier Milei que intenta bajar los precios a como de lugar y si es necesario abriendo la importación de medicamentos para consumo humano del laboratorio del mundo que es la India y de fármacos de uso veterinario de Brasil.

“Si no le gustan estos principios tengo otros”

La frase del ingenioso Groucho Marx se aplica perfectamente a Hugo Sigman uno de los tres argentinos más ricos del país que tuvo un pasado relacionado con la izquierda pero que no duda en defender con todos los recursos posibles, cada dólar ganado para sus empresas.

El psiquiatra y adherente de las ideas del psicólogo social Enrique Pichón Riviere fue exiliado en la década del ‘70 por ser simpatizante del Partido Comunista. El mismo partido que tenía varios lazos con la dictadura de Jorge Rafael Videla pero el casamiento de Hugo Sigman con Silvia Gold le abrió las puertas a una de las industrias que mueven la economía de las naciones y que tiene pretensión de ser decisora y decisiva a niveles por sobre los estados nacionales.

Su suegro ya era un importante referente de la industria farmacéutica, Roberto Gold, era miembro del PCA, que fue uno de los mascarones de proa del gobierno ruso en América Latina para hacer sus operaciones.

Precisamente varias de sus principales figuras eran empresarios reconocidos e inclusive, paradójicamente, entre sus negocios figuró durante algunos años la distribución de la Coca Cola en Argentina. Símbolo de la economía de mercado estadounidense.

Mucho del financiamiento al que accedieron varios de los dirigentes del PCA venía desde la antigua y derrotada, Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (USSR).

En los ‘70 su suegro le prestó 400.000 dólares de la época, un valor superior al que tiene la moneda estadounidense en la actualidad, y junto a su esposa creó el grupo Chema en España, para la comercialización de fármacos. Estaba apalancado financieramente por la firma Chemotécnica Sintyal, de la propia familia Gold.

Chema fue la empresa primigenia del grupo Insud, mascarón de proa de todas las iniciativas de Sigman que son varias y diversificadas. Insud tiene presencia en más de 40 países y fuentes del mercado financiero europeo indicaron que factura más de 1.500 millones de euros al año.

El desembarco grande de Insud en la Argentina llegó en los 90 con el 1 a 1 del gobierno de Carlos Menem y Domingo Cavallo. La década menemista fue también la del retorno del simpatizante de la izquierda política, Hugo Sigman, y lo hizo de una manera muy activa en el país, gracias a la experiencia obtenida en Italia y en Europa con su empresa farmacéutica en mercados desregulados.

La fortuna de Sigman en el país es producto de dos crisis sanitarias nacionales. El brote de cólera en 1992 y la reaparición de la fiebre aftosa ganadera en 1994.

Así como las patentes de los fármacos estuvieron desreguladas primero en Italia y luego en España, Hugo Sigman aprovechó ese vacío en la Argentina. Aquí el mercado de medicamentos estuvo desregulado hasta mediados de los 90. Y Sigman aprovechó ese escenario. Importó componentes de todos lados. Hoy, como es lógico, se opone a la importación de productos veterinarios.

Los negocios cambiaron en el año1992 porque con el brote de cólera se creó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y tres años más tarde se aprobó la ley de patentes.

El Rey del Ganado

En 1994, mientras se producía un nuevo brote de fiebre aftosa en la Argentina y otros países del cono sur, se introdujo una nueva tecnología en las vacunas para combatirla. La firma de Sigman trazó una alianza con Biogénesis y surgió Biogénesis Sintyal y terminó exportando a toda la región.

La publicación redacciónmayo.com.ar señala que “Al día de hoy en la cuenca ganadera argentina se sigue vacunado contra la aftosa. Y esta tecnología lo llevó en 2013 a asociarse con la firma china Hile Biotechnology para proveer al gobierno de ese país del 90 por ciento de este tipo de vacunas que se utilizan en el gigante asiático.

La pelea de fondo con Federico Sturzenegger el ministro más protegido de Javier Milei

La información indica que Biogénesis Bagó, el laboratorio que, en los hechos, es prácticamente el único proveedor del SENASA de la vacuna contra la aftosa, un negocio que según fuentes agropecuarias mueve más de u$s150 millones que pagan los productores ganaderos, se presentó un mes atrás ante la Justicia federal para pedir que se detenga el proceso lanzado por el Gobierno para desregular la importación de productos veterinarios, incluyendo esa vacuna.

De esta manera, Sturzenegger gana un primer round fundamental en su lucha abierta contra Biogénesis Bagó que viene desde el año pasado cuando, el llamado “Coloso” por Javier Milei, pronunció duras críticas al laboratorio por ejercer, según su visión, un monopolio en la venta de esa vacuna que produce más de 80 millones de dosis.

Si bien no es el único laboratorio radicado en el país que produce las dosis —también lo hace el laboratorio CDV—, Biogénesis Bagó mantiene el liderazgo de las ventas entre los productores y es un referente a nivel mundial en materia de vacunas contra la aftosa. Pero tanto dominio del producto ofrecido llevó a que el gobierno avance con su propuesta desreguladora, permitiendo la importación de otras partes del mundo.

Para Sturzenegger desarmar esa posición dominante del Grupo Sigman es vital y utilizó un hipotético ejemplo con el Grupo Clarín conducido por Héctor Magnetto. “Lo que me llama mucho la atención es que el productor piense que puede ganar esta batalla. Obviamente, tiene toda la estructura cooptada. Hay un convenio de cooperación entre Biogénesis Bagó y Senasa. Es como que dijéramos que Clarín tiene un convenio de cooperación con la Enacom”, afirmó en la última edición de la exposición Rural en Palermo.