En una noche histórica en el teatro Châtelet de París, Ousmane Dembélé se coronó con el Balón de Oro 2025 y quedó consagrado como el mejor jugador del planeta.
El delantero del PSG, que sucede en el palmarés a Rodri Hernández, superó en la votación a Lamine Yamal, la joven figura del Barcelona y su principal rival en la pelea por el galardón.
La temporada 2024-25 fue, sin dudas, la mejor de la carrera del francés. Reconvertido en “falso 9” por Luis Enrique, Dembélé fue determinante en el histórico triplete del PSG, que incluyó la tan ansiada Champions League, además de la Ligue 1 y la Copa de Francia.
Con 35 goles y 16 asistencias, fue el motor ofensivo del equipo, que también alcanzó el subcampeonato en el Mundial de Clubes. A sus 28 años, dejó atrás los fantasmas de las lesiones y la irregularidad que habían marcado sus primeros pasos como profesional.
El premio reconoce no solo sus números, sino su influencia en el juego: fue decisivo en las fases eliminatorias de la Champions, con goles clave ante el Bayern Múnich y en la final frente al Manchester City.
Ese rendimiento lo consolidó como líder de un PSG que, tras la salida de Kylian Mbappé, logró reinventarse y escribir la página más gloriosa de su historia.
En la rama femenina, Aitana Bonmatí volvió a llevarse el Balón de Oro, repitiendo el reconocimiento que había obtenido en 2023 y reafirmándose como la mejor jugadora del mundo.