A esta altura, nadie duda de que Taylor Swift y Travis Kelce son la pareja del año. Aunque todavía no hay fecha oficial de boda, lo que sí está claro es que esta unión no tendrá nada de improvisada.
Pero mientras sus fans siguen disfrutando del romance en tiempo real, lo cierto es que en el universo Swift, son los simbolismos y los mensajes ocultos los grandes protagonistas.
Ni Taylor ni Travis se caracterizan por dejar cosas al azar: ella, reina absoluta de los “easter eggs” y la planificación meticulosa, y él, un deportista de élite acostumbrado a diseñar estrategias hasta el mínimo detalle.
Y justamente eso fue lo que hizo con el anillo de compromiso.Un diseño vintage personalizado, pensado especialmente para la artista. La pieza fue creada junto a la diseñadora Kindred Lubeck, de Artifex Fine Jewelry, según confirmó el entorno cercano.
UNA BODA PENSADA CON PRECISIÓN MATEMÁTICA
El entorno de ambos confirmó que Travis pidió la mano de Taylor al padre de la cantante, Scott Swift, el 10 de agosto, 16 días antes de que anunciaran públicamente su compromiso. La propuesta ocurrió en la casa del jugador en Missouri, decorada con flores, como parte de un plan cuidadosamente armado.
“Quería que fuera súper especial”, reveló el padre de Travis, Ed Kelce, en entrevistas posteriores. “No importaba el lugar, sino el significado”, aseguró.
Taylor tiene claro que no va a casarse en cualquier fecha del calendario. En su aparición de casi dos horas en el podcast New Heights, conducido por los hermanos Kelce, la cantante confesó: “Me encantan las matemáticas, me encanta la numerología, me encantan las fechas. Eso me divierte mucho”, afirmó la cantante.
CALENDARIO AJUSTADO
La otra gran incógnita, ¿cuándo se casan? Todo dependerá de dos factores. En el caso de queTravis continúe en la NFL después de 2025 (último año de su contrato actual), y si Taylor anuncia una gira por su próximo disco, The Life of a Showgirl, que sale el 3 de octubre.
Si Travis decide seguir jugando, lo más probable es que la boda se realice fuera de temporada, entre febrero y julio. Pero si se retira, Taylor podría elegir su mes favorito, octubre para dar el “sí”. El mismo mes en el que lanza su nuevo álbum y donde su estética y simbolismo parecen alcanzar su punto más alto.