La escritora chilena Isabel Allende Llona recibió la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile por su contribución a la literatura a través de una obra que colocó a Chile en el mundo y a la mujer como protagonista. La ceremonia se realizó en la Casa Central de esta universidad, en el casco histórico de la capital chilena, y participaron altas autoridades del país sudamericano y representantes diplomáticos de varios países.
En el encuentro, la también premio nacional de literatura 2010 señaló que escribe porque si no se le “seca el alma y me muero, porque la materia prima es infinita y gratis, el aire está lleno de historias”. “Cada persona tiene una vida que yo quiero conocer y contar y porque nada me da más placer que hilvanar palabras”, expresó la también integrante de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.
Abundó: “Cuando empieza un libro, “visualizo miles de piezas de un rompecabezas tiradas por allí de un rompecabezas y mi desafío es colocarlas en su sitio preciso, trabajo a ciegas, con paciencia, sin conocer el diseño, que solo podrá ver en la última página cuando los personajes me lo revelen”.
“Armar una historia es un proceso misterioso, orgánico, distintivo, al escribir entrada a la dimensión de los sueños, la intuición, las premoniciones. Paso la mayor parte de mi vida sola y en silencio, como un monje en su celda, en la soledad, recuerdo, escucho voces, tengo visiones”, comentó, según la crónica de la agencia de noticias Xinhua.
En su juventud, ofició como periodista en la icónica revista local “Paula”, en la que, confesó, aprendió que “la lectura no es un fin en sí mismo, es un medio de comunicación y nunca” lo olvidó, por lo que aclaró luego: “No escribo para mí, escribo para mis lectores”.
Allende profundizó su destino fue “digno de novela” y, en ese camino, ha sido siempre “extranjera” y una “eterna desterrada”, parafraseando a su compatriota premio nobel de literatura 1971 Pablo Neruda (1904-1973).
Sobre su obra más leída, “La casa de los espíritus” de 1982, resaltó que refleja la historia política y social de Chile, país que “nunca se nombra en la novela”.
“Es el protagonista. En esos años había en América Latina Gobiernos represivos, golpes militares y guerras no declaradas contra los pobres y contra las poblaciones indígenas, con el apoyo de la CIA en el contexto de la Guerra Fría”, apuntó.
Esta novela la escribió en Venezuela durante su autoexilio provocado por el golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende, quien era su tío, y posterior dictadura encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990).
Allende también exhortó que “ya era hora” que la Universidad de Chile tuviera una rectora mujer, en alusión a Rosa Devés, quien aseveró que “es un honor y también una inmensa alegría” recibir a la escritora.
Devés detalló que le otorgaron la Medalla Rectoral de la casa de estudios que dirige por su “notable contribución a la literatura a través de una obra que ha puesto a Chile, su país inventado, en el mundo, enriqueciendo el espíritu de sus millones de lectores”.
“En tiempos que la libertad de expresión y la palabra auténtica conlleva cada vez más riesgos, a la vez que paradójicamente la tecnología nos ofrece más canales de comunicación que nunca, el hablar y contar libre de Isabel Allende, acompañada de una humanidad inagotable, es lo que hoy queremos relevar especialmente”, resaltó.
A su vez, resaltó que en su escritura las mujeres “nunca dejamos de ser protagonistas y donde la imaginación y la creatividad vuelven trascendente lo cotidiano es un antídoto frente a la tentación de guardar silencio para evitar posibles agravios”.
Por su parte, la directora del Departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Carolina Brncic, precisó que Allende es una escritora chilena de amplísima difusión y reconocimiento en diversas latitudes del mundo “como se evidencia en la traducción de sus narraciones a más de 40 idiomas y en los más de 50 galardones que recibió a lo largo de su vida”.
“Este reconocimiento distingue una trayectoria que se inició en el periodismo con artículos que capturaron sensible e irónicamente la idiosincrasia nacional y se decanta en una prosa que primero condensó el sentir, la historia, los horrores y sueños de Chile”, declaró, según la crónica de la agencia de noticias Xinhua.
Resaltó su compromiso en la lucha por los derechos de las mujeres y las niñas en situación vulnerable a través de su fundación creada en 1996.