Caminar es una acción natural que aprenden las personas al repetir a lo largo de su crecimiento diario en los primeros años de vida y, con el tiempo se perfecciona y vuelve hábito.
Si bien caminar es un ejercicio cotidiano y simple, las personas tienen diferentes formas de activarla. Muchas caminan rápido, pero otras van más lento, están aquellas que dan pasos largos y otras cortos, como así también quienes caminan salteando baldosas. En este sentido, hay quienes caminan por la vereda evitando pisar las líneas de las baldosas, lo cual es una costumbre más común de lo que parece. Muchas personas lo hacen sin pensarlo, mientras otras lo convierten en un desafío personal.
Sobre el tema, la psicología ha estudiado este curioso comportamiento y encuentra varios significados.
Lejos de ser un simple juego de la infancia, esquivar las juntas de las baldosas puede reflejar:
* Rasgos de personalidad
* Formas de afrontar el estrés.
* TOC.
Si bien no siempre es algo patológico, sí puede ser una señal de cómo perciben las personas el orden y el control de la vida diaria.
La costumbre suele empezar en la infancia, como parte de juegos callejeros que convierten la caminata en un reto divertido. Sin embargo, en algunos adultos se mantiene de forma automática, sin que la persona sea plenamente consciente de ello.
LA PSICOLOGÍA Y LAS RAZONES DE NO PISAR LÍNEAS DE BALDOSAS AL CAMINAR
La psicología enumera varias razones por las que alguien podría evitar pisar las líneas de las baldosas:
Juego y creatividad
* En la niñez es una manera de entretenerse y estimular la imaginación.
Necesidad de control
* Algunas personas sienten que ordenar sus pasos les da seguridad.
Evitar la mala suerte
* En ciertas culturas, pisar las líneas está asociado a supersticiones.
Atención plena
* Esquivar líneas puede ser una forma de mindfulness, manteniendo la mente concentrada en el presente.
Perfeccionismo
* Quienes buscan precisión y simetría pueden sentir satisfacción al respetar el patrón.
Ansiedad o TOC leve
* En algunos casos, puede ser parte de rituales de control para reducir el malestar.
Memoria emocional
* Evocar recuerdos de la infancia o momentos felices puede impulsar este hábito.
Liberación de estrés
* Convertir la caminata en un juego ayuda a liberar tensión.
Costumbre inconsciente
* Después de años de repetirlo, se vuelve automático.
Sensibilidad estética
* Para algunas personas, las líneas representan “fronteras” que prefieren no cruzar.
Al respecto, especialistas aclaran que este comportamiento no es necesariamente un signo de problema psicológico. Solo si genera malestar intenso o interfiere con la vida diaria conviene consultar con un profesional. Por eso, evitar pisar las líneas de las baldosas es un gesto cargado de significados, que puede ir desde la simple diversión hasta una búsqueda de control emocional.