Cuando no son las compañías de servicios públicos que rompen las veredas para hacer arreglos y no las dejan en condiciones, las raíces de los árboles las levantan o los frentistas las hacen con ladrillo, empedrados, subidas, bajadas y parches, que las convierten en trampas para todos los transeúntes, en especial niños y ancianos.
Se pueden realizar reclamos ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires o los municipios del conurbano, pero la acción concreta queda en zonas grises de las propias legislaciones y de su ejecución.
Por ejemplo, si la acera se deterioró por el desgaste que surge del uso, el responsable de repararla es el propietario frentista.
Pero si de su situación debiera encargarse el Gobierno de la Ciudad, se puede hacer el reclamo en forma personal asentándolo en los Centros de Gestión y Participación.
Y telefónicamente puede realizarse el mismo al 0800-999-2727 (Lunes a viernes de 7.30 a 20.30. Sábados, domingos y feriados de 8 a 20).
De existir peligro por hundimiento de veredas le corresponde intervenir a la Guardia de Auxilio en forma inmediata. Guardia de Auxilio: 4545-8648, 4543-5028, 4543-5120 o 103 (Emergencias).
VEREDAS DE NADIE
Si bien el reclamo es gratuito y lo puede realizar cualquier vecino presentando su DNI, las responsabilidades son como un pasamanos que al final terminan en tierra de nadie.
La vereda es un espacio público, destinada al libre tránsito de las personas, pero resulta que su mantenimiento y buen estado es responsabilidad del propietario frentista, según las ordenanzas municipales.
Un caso frecuente se da en los cambios de estación y de clima cuando una alfombra de hojas y semillas cubren la superficie y camuflan las irregularidades del piso, de modo tal que pisar un pozo o tropezar contra una rotura se tornan un alto riesgo.
Los barrenderos se limitan a hacer su trabajo desde el cordón a la calzada y si los frentistas demoran en juntar la basura acumulada, sin ser intimados por las autoridades, nadie se hace cargo de preservar la integridad de los que transitan las veredas.
QUIÉN SE HACE CARGO
La obligación por la construcción, mantenimiento, reparación y reconstrucción de la vereda compete al propietario frentista, sin perjuicio de las eximiciones previstas en la presente, según la ley 5902 de CABA, sancionada en 2017, pero la asiduidad con que se rompen para arreglos dejan el arreglo sin hacerse o mal hecho.
Las veredas son de dominio municipal, pero la responsabilidad por su buen estado recae en el dueño de la casa o comercio.
Si bien un incumplimiento puede derivar en multas e incluso en reclamos judiciales si alguien sufre un accidente por una baldosa floja o un desnivel, no se sabe de peatones damnificados que hayan formalizado denuncias ni que las autoridades actúen de oficio.
La ley advierte que el vecino, primero, recibirá una intimación oficial.
Y que, si no soluciona el inconveniente en el plazo indicado, el Gobierno podrá “realizar la obra pertinente con cargo a quien corresponda”.
Esa es la letra, pero en la práctica tampoco se ejecuta.
Cuando una empresa de servicios públicos (agua, luz, gas, telecomunicaciones) rompe la vereda para realizar obras, es la responsable de dejarla en buenas condiciones al finalizar.
Y los frentistas pueden denunciar a través de la app del 147, en la web de Solicitudes (buscando “reparación de vereda”), llamando gratis al *147 o en la Sede Comunal que corresponda al domicilio, cuando no cumple.
Si los daños fueran producidos por obras del propio Gobierno o por el crecimiento de las raíces de los árboles, está claro que la reparación corresponde a cada comuna.
OCUPACIÓN DE LAS VEREDAS
Tanto en el conurbano como en barrios perisféricos porteños es común ver vehículos estacionados sobre las veredas y hasta puede transcurrir mucho tiempo antes que alguna autoridad intervenga para que los retiren.
Otra forma de ocupación de esos espacios, desde la pandemia, la llevaron a cabo los frentistas gastronómicos, que armaron estructuras para atención al público, que interrumpen el paso normal de los peatones.
Asimismo, en la Ciudad ocupan la vía pública 1.144 puestos habilitados, de los cuales 797 venden diarios y 348, flores.