Mucho antes de la polémica por la Ferrari “sembrada”, el pastor y showman argentino Dante Gebel ya sabía cómo encender las redes sociales con ostentación y sarcasmo. Un recuerdo de agosto de 2016 trae a la memoria uno de sus episodios más controvertidos: cuando publicó una foto con un supuesto avión privado y, lejos de aclarar, se burló de quienes lo criticaron por su lujoso estilo de vida.
El episodio, que dividió las aguas entre sus seguidores, es una muestra perfecta del estilo provocador que ha caracterizado al predicador a lo largo de su carrera.
“MI BURRO VOLADOR”: EL POSTEO QUE DESATÓ LA FURIA
Todo comenzó el 1 de agosto de 2016, cuando Gebel publicó la foto de un jet privado con un mensaje celebratorio y algo irónico: “¡Qué lindo!!!!! Se acabaron las escalas, las horas interminables en los aeropuertos, las demoras, ¡por fin tengo mi burro volador! Les dejo la fotito pa’ que se diviertan, che”.
De inmediato, la publicación se llenó de comentarios. Mientras un grupo de fieles lo felicitaba por las “bendiciones” recibidas, argumentando que “les duele ver a un hijo de Dios dándose estos lujos”, otro sector lo cuestionó duramente. “¿Por qué no ayudas tú, si a ti ya Dios te ayudó? Da un poco de las bendiciones que Dios te da”, le recriminó un usuario, mientras otros lo acusaban de generar controversia a propósito.
LA RESPUESTA: UN HELICÓPTERO, UN TREN BALA Y BURLAS A LOS “RELIGIOSOS”
Fiel a su estilo, Gebel no se quedó callado. Pero en lugar de apaciguar las críticas, decidió redoblar la apuesta con una dosis de sarcasmo. En un nuevo posteo, se burló de la situación:
“Che, se armó tanto revuelo por mi ‘burro volador privado’, que me puse a orar y le pedí al Señor que ya no me bendiga tanto… ¿Y qué creen? Me regalaron un helicóptero para los viajes más cortitos y de Japón me mandaron un tren bala para las distancias más largas… jajajajajajaja”, escribió.
Y remató con una frase directa a sus detractores, que se volvería célebre entre sus seguidores: “Para volar hay que perder el piso”.
Finalmente, en una publicación posterior, terminó por admitir el tono de la broma. “Hasta mañana, no me tomen tan en serio. No tengo un tren bala (solo estoy profetizando)”, aclaró, dejando en evidencia su estrategia de usar el humor y la provocación como una herramienta más de su ministerio.