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“Si me moría con 30 años, me iba a ir liviano”: Federico Bal y la influencia del cáncer en sus vínculos

El actor Federico Bal reveló que durante el proceso en que tuvo cáncer consideró: “Si me moría con 30 años, me iba a ir liviano”, en base a cómo la enfermedad modificó la forma en que se relaciona con su entorno y la marca que la infidelidad de su padre, Santiago Bal, dejó en su costado romántico.

Durante el programa “Con todo respeto”, en diálogo con Andrea Rincón, el artista, conocido por un sin fin de noviazgos, sostuvo: “Cuando me enamoro, tengo unos seis meses de relación que soy de dar, estar y proponer. Si estoy en una, donde veo que nos enganchamos y va para algo más serio, empiezo a jugar unas cartas (…)”.

“Es una sensación que lo estoy sintiendo muy a pleno. No puede sostener una relación donde haya peleas, nos levantemos y me contestes mal o una revisada de teléfono medio tóxica. Me empiezo a ir y eso me condiciona”, añadió en línea.

Por lo que detalló: “Nunca en mi vida revisé un teléfono o una compu porque no lo necesito, me voy o hablo antes de retirarme. Confío. Si me gusta alguien, voy de frente, no tengo mucho tiempo para hacer perder a la persona o perder yo”.

En otro órden de cosas, recordó: “Cuando un médico te dice que tenés cáncer (…) qué hago con mis ambiciones y los dolores de cabeza por cosas que no tienen que importar. La vida empieza a darse vuelta, las cosas en mi cabeza cambiaron para conectar con cosas más reales”.

“Si me moría con 30 y pico de años, cuando estaba cursando la enfermedad, pensé en que tuve una vida increíble, entonces, me voy a ir bien sueltito. Empecé a pedir perdón, lo hice mucho con ex parejas, levanté un teléfono y dije ‘sé que me equivoqué’. Me quería ir liviano”, continuó.

Rincón, durante el diálogo, consultó si Bal fue afectado por el sufrimiento de su madre tras la infidelidad paterna, a lo que el mediático explicó: “Mis viejos se separaron de una forma muy fea, se me rompió un poco el corazón por no ver a la familia ideal y después dejé de creer un poco en el amor”.

“Sufrí y se me rompió el corazón cada vez que me separé. Lo del galán me causa mucha gracia, vengo de un lugar donde, en los 90’ u ‘80, el galán cumplía el rol de un estereotipo muy marcado. Creo que el último galán es Osvaldo Laport”, concluyó Bal.