Un oficial de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (UGAP) declaró en el juicio por el femicidio de Jimena Salas, la mujer asesinada en la localidad salteña de Vaqueros en enero de 2017, y expresó que en un allanamiento la ex mujer de Javier Saavedra reconoció en una fotografía a una perra que le regaló al imputado, la cual falleció en 2018 tras ser atropellada.
Conforme a su relato, durante un operativo llevado a cabo en septiembre de 2022, la mujer señaló que el animal presentaba características a su mascota luego de observar la imagen divulgada por el Ministerio Público Fiscal local.
El uniformado resaltó que la ex pareja de Saavedra “rompió en llanto” y admitió que el hombre que sostenía el caniche toy gris, podría ser su novio de ese momento.
En este sentido, añadió que se secuestraron computadoras y teléfonos de interés para la investigación, una chapa con la inscripción “Bonis”, a la vez que se entregaron dos correas y seis collares.
Otro policía afirmó que se encargó de los peritajes y extracción de datos del celular perteneciente a Jimena, donde descubrió fotografías tomadas por la cámara del dispositivo y mensajes, a la vez que halló un posteo en Facebook que advertía que tenía una perra extraviada en su vivienda y ofrecía su número telefónico.
La última actividad de Salas en el teléfono se registró a las 12:51 del 27 de enero de 2017, sostuvo el agente.
Además, otro miembro de la unidad destacó que se confiscaron armas blancas, balas, un auto con las ventanillas polarizadas y armas de fuego en otro procedimiento realizado en una casa del barrio Tres Cerritos
Los jueces dictaminaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8:30 a fin de continuar con la escucha de testimonios.
EL FEMICIDIO
El crimen de Jimena Salas tuvo lugar el 27 de enero de 2017 cuando fue brutalmente asesinada de 57 puñaladas, su cuerpo fue hallado por su esposo, Nicolás Cajal Gauffín, quien en 2021 fue juzgado por el delito de encubrimiento, aunque resultó absuelto por falta de pruebas.
El caso iba a quedar impune, pero tiempo después las nuevas líneas investigativas dieron con la implicancia de los hermanos Saavedra.
La prueba que más incriminaba al principal acusado fue el análisis genético de ADN, que dio “un match positivo” con uno de los perfiles encontrados en la escena del crimen.
La investigación se encuentra caratulada como homicidio agravado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, femicidio y por la premeditación de dos o más personas.
Adrián Guillermo y Carlos Damián Saavedra -los dos acusados tras la muerte de Javier- están patrocinados legalmente por el defensor Marcelo Arancibia.