Un pastor que se encontraba bajo sospecha por el crimen de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, los adolescentes de 16 y 14 años cuyos cuerpos sin vida fueron hallados en un descampado de Florencio Varela, declaró en la investigación y negó su participación en la búsqueda de las víctimas.
Según informaron fuentes del caso a la agencia Noticias Argentinas, el testigo, identificado como José Paredes, compareció ante el fiscal Darío Provisionato y “se limitó a relatar su vínculo de amistad” con Omar Gallardo y Alicia Pita.
El pastor se refirió a las “actividades compartidas en la iglesia y posteriores reencuentros” con los progenitores de la damnificada tras el homicidio ocurrido a fines de enero en la localidad de Bosques.
“No aportó información directa sobre el crimen ni sobre los imputados”, indicó la fuente a NA, a la vez que “sus manifestaciones giraron en torno a diferencias religiosas con Gallardo, impresiones personales sobre su estado emocional y la organización del velorio”.
En este sentido, remarcó que visitó cárceles para predicar la palabra de Dios a los reclusos, aunque no en relación con el expediente en curso, motivo por el que “no aportó elementos que contribuyan al esclarecimiento de los hechos”.
EL CASO
El 30 de enero, los jóvenes desaparecieron cuando presuntamente se dirigían a un gimnasio y los cuerpos fueron hallados 48 horas después en un terreno baldío a metros de las vías del Tren Roca.
La autopsia reveló que la adolescente de 16 años falleció a causa de una “lesión cerebral” provocada por una “fractura de cráneo” y un “traumatismo encéfalo craneal grave”, mientras que el menor de 14 murió como consecuencia de una “hemorragia cerebral”, también con “fractura de cráneo” y “traumatismo encéfalo craneal grave”.
La causa se encuentra caratulada como homicidio criminis causa (matar para cubrir otro delito) y por el momento no tiene detenidos.