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Cómo fue la campaña de Boca en la Libertadores 2007, la gran conquista internacional de Miguel Ángel Russo

Miguel Ángel Russo, fallecido durante el día de hoy tras una infección urinaria, fue el entrenador que consiguió el último título de Boca en la Copa Libertadores, en 2007.

En dicha edición, el “Xeneize” se enfrentó a Gremio de Brasil en la final, a quien venció por un imponente 5-0 en el resultado global.

El entrenador, que perdió la vida en las últimas horas, había sido internado el 2 de septiembre por una infección urinaria.

Mientras el “Xeneize” atravesaba los años más gloriosos de su historia, el difunto director técnico Miguel Ángel Russo había sido el conductor en el camino de Boca hacia su sexta y última Copa Libertadores, con la que concretó la hazaña de levantar cuatro trofeos en la década del 2000’.

El primer ciclo de Russo en Boca comenzó a finales de 2006. Luego de un exitoso paso por Vélez, donde consiguió el Torneo Clausura 2005, su primer campeonato como entrenador. El DT, que en ese entonces tenía 50 años, firmó contrato con el club de la ribera para suceder a Ricardo La Volpe, cuyo ciclo, ya desgastado, terminó tras perder una final por el Apertura 2006 ante Estudiantes.

Aquella edición de la copa de mayor nivel continental comenzó poco más de dos meses después de la llegada de Russo, y Boca fue ubicado en el grupo 7, junto con Toluca de México, Cienciano de Perú y el Bolívar boliviano.

El debut del “Xeneize” fue en la altura boliviana, en la que se quedó con un punto tras empatar sin goles, mientras que el primer partido como local lo emparejó con Cienciano, club al que derrotó por 1-0 con gol de Hugo Ibarra.

La primera derrota de la fase de grupos llegó en el tercer partido, por 2-0 ante Toluca en México, aunque en el partido siguiente pudo derrotar a los mexicanos por 3-0, con tantos de Jonathan Maidana y Juan Román Riquelme, por duplicado.

Tras una caída inesperada ante Cienciano, como visitante y por 3-0, el club “Azul y Oro” sentenció la clasificación a octavos de final con una victoria contundente ante Bolívar por 7-0, con los dobletes de Rodrigo Palacio y Bruno Marioni, las conquistas de Martín Palermo y Jesús Datolo y un tanto en contra, de Carlos Tordoya. Así, Boca clasificó segundo en el grupo con 10 unidades.

Al haber sido el tercer equipo con más puntos entre los segundos de cada grupo, Boca se tuvo que enfrentar a Vélez, cuarto mejor primero. En una serie cargada de emociones, el “Xeneize” ganó en la ida por 3-0, con tantos de Riquelme, Palermo y Clemente Rodríguez, En el partido de vuelta, a pesar de recibir tres goles, un gran gol de Riquelme con un córner olímpico le dio el pase a su equipo.

En los cuartos de final, el “Xeneize” se impuso por un global de 3-1 ante Libertad de Paraguay, con conversiones de Palermo, en el partido de ida, y Riquelme y Palacio, en la vuelta.

Llegadas las semifinales, teniendo que enfrentar a Cúcuta Deportivo de Colombia, el primer partido se disputó en tierras colombianas, y fue un desastre para el equipo argentino. A pesar de haber comenzado en ventaja con el tanto de Pablo Ledesma, el equipo de Russo recibió tres goles y terminó el partido con una caída por 3-1.

En una noche de copa cargada de épica y bajo una espesa capa de niebla, Boca derrotó al elenco colombiano en el partido de vuelta, con un tanto de tiro libre de Riquelme y dos goles de cabeza, de Palermo y Sebastián Battaglia, para jugar su quinta final de Libertadores en la primera década del siglo XXI.

La primera final se disputó en la “Bombonera”, en un partido en el que, con Riquelme como abanderado, Boca goleó a Gremio de Brasil por 3-0. El equipo de Russo abrió el marcador con un remate de Palacio dentro del área chica, amplió la ventaja con un tiro de afuera del área de Riquelme y cerró la goleada con un gol en contra, del defensor Patricio.

El partido de vuelta, disputado en Porto Alegre, tuvo un nuevo triunfo del club argentino, por 2-0 con dos goles de Juan Román Riquelme: uno desde el vértice derecho del área grande y el decisivo, sobre el área chica.

Así, con una inolvidable participación de Riquelme, máximo goleador del club en aquella copa con ocho gritos, el entrenador Miguel Ángel Russo condujo a Boca al campeonato en su sexta Copa Libertadores, la última hasta el momento.