El lateral derecho Lucas Blondel continuará jugado para el equipo de Reserva de Boca Juniors.
El futbolista estará presente en el enfrentamiento con Belgrano de Córdoba por la fecha 13 del Torneo de Reserva de Argentina. En donde el “Xeneize”, está obligado a ganar para asegurar el primer lugar del Grupo A, un puesto ocupado por “El Pirata” cordobés.
La situación de Blondel es crítica, porque es un jugador que llegó a la institución para pelear por un lugar en el 11 titular del equipo. Pero, debido a problemáticas extrañas y el recambio del cuerpo técnico, el argentino nacionalizado suizo quedó apartado del platel y no sumó minutos desde el 19 de mayo de este mismo año.
La dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme no detuvo al futbolista en su decisión de bajar a la Reserva, lo que evidencia una marcada distancia entre el jugador y el cuerpo técnico. En lugar de intervenir para recomponer el vínculo y recuperar a un lateral de jerarquía, la conducción optó por dejar que la situación se enfríe, reflejando una preocupante falta de gestión en la administración del plantel profesional.
Además, el jugador cuenta con un contrato a largo plazo: hasta el 31 de diciembre de 2027, lo que agrava aún más la situación. Mantener inactivo a un futbolista con vínculo vigente por más de dos años no solo implica una pérdida deportiva, sino también económica para el club, que ve desvalorizarse a uno de sus activos sin obtener rendimiento en la cancha.
En definitiva, la situación de Blondel no es un hecho aislado, sino el reflejo de un modelo de conducción cada vez más cerrado, en el que la autocrítica brilla por su ausencia.
Boca atraviesa una etapa en la que las decisiones parecen tomadas por impulso y sin una estrategia clara, afectando tanto al grupo como al valor del patrimonio futbolístico del club.
Si la dirigencia no logra recomponer el diálogo y establecer una línea deportiva coherente, el club seguirá atrapado en un ciclo de conflictos internos que lo alejan de su verdadera esencia competitiva.
