El fallecimiento de Miguel Ángel Russo, ocurrido este miércoles a los 69 años, generó un profundo dolor en el mundo del fútbol argentino. Uno de los que se expresó fue el presidente de San Lorenzo, Marcelo Moretti, quien compartió en sus redes un mensaje cargado de afecto y reconocimiento hacia el entrenador con quien compartió los primeros meses de su gestión.
“Un hombre respetado y querido. Pasamos muchas cosas juntos en ocho meses. Quedarán en mi memoria todas las charlas de fútbol, café de por medio, y nuestra última charla en septiembre. Viniste al club en un momento muy difícil y llegaste a semifinales en muy poco tiempo. Gracias por todo. Hasta siempre, Miguelo”, escribió Moretti en una historia de Instagram, acompañada por una foto del técnico en su presentación.
Miguel Ángel Russo había asumido la dirección técnica de San Lorenzo de Almagro en el inicio de 2025, en uno de los momentos más turbulentos que atravesó el club en los últimos años. En medio de una fuerte crisis económica e institucional —con reclamos de hinchas, renuncias en la Comisión Directiva y conflictos salariales con parte del plantel—, Russo aceptó el desafío de liderar al equipo en tiempos adversos.
Pese al contexto, logró recomponer el ánimo del grupo y conducir a San Lorenzo hasta las semifinales de la Copa de la Liga, devolviéndole competitividad a un plantel golpeado. Su figura se mantuvo al margen de las disputas dirigenciales y fue un ejemplo de profesionalismo y serenidad en medio del caos.
Durante aquellos meses, Moretti y Russo compartieron largas conversaciones sobre fútbol, proyectos y el futuro del club. Si bien hubo tensiones internas vinculadas a la situación económica y los impagos al plantel, el respeto entre ambos se mantuvo intacto.
El propio Moretti reconoció en su despedida que Russo “llegó en un momento muy difícil” y que supo darle al equipo una identidad competitiva en poco tiempo. El mensaje refleja, además, una valoración humana más allá de los resultados: la del técnico que priorizó la calma, la palabra justa y la enseñanza silenciosa.
Miguel Ángel Russo fue mucho más que un entrenador: fue un referente de valores, un ejemplo de equilibrio y un símbolo de respeto dentro del fútbol argentino. Su último paso por San Lorenzo quedará en la memoria como una muestra más de su compromiso y su pasión por el deporte, incluso en medio de la tormenta.
Con su mensaje, Moretti resumió el sentimiento que hoy atraviesa a Boedo y a todo el país futbolero: gratitud y respeto eterno hacia un hombre que, hasta el final, vivió el fútbol con nobleza.
