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Matías Stampone: De entrenar a Keylor Navas a ser campeón del Challenger de Buenos Aires con Burruchaga

El preparador físico y entrenador de arqueros Matías Stampone dio detalles de cómo se maneja el equipo de trabajo de Román Burruchaga, reciente campeón del Challenger de Buenos Aires y contó lo que representó haber entrenado a Keylor Navas, en la Selección de Costa Rica.

En declaraciones a la Agencia Noticias Argentinas, el actual preparador físico de tenistas afirmó que el crecimiento de Burruchaga fue “paulatino”, recordó haber trabajado con Leonardo Mayer en 2008 y marcó las diferencias que existen en la preparación de tenistas y futbolistas, al tener experiencia en ambos deportes.

Además, elogió los modos del entrenador Claudio Vivas, con quien tuvo la oportunidad de ser entrenador de arqueros en la Selección de Costa Rica y trabajar con el exarquero del Real Madrid Keylor Navas, a quien definió como “muy respetuoso, ubicado y predispuesto” y repasó su etapa como futbolista, remarcando los cambios que vio en Barracas Central en 1998, 2006 y la actualidad.

El siguiente es el detalle de la entrevista con NA:

Noticias Argentinas: ¿Cómo es tu rol en el equipo de Román Burruchaga?

Matías Stampone: Soy parte de un equipo de trabajo, en el que somos tres preparadores físicos, un grupo de kinesiólogos y los entrenadores. Hay un preparador físico principal y mi rol es colaborar con él, o hacerme cargo de los entrenamientos.

NA: ¿Cómo te llegó esta oportunidad y hace cuánto trabajas en el equipo?

MS: Yo vengo del fútbol pero soy amigo de Mario Duré, el jefe del grupo de preparación física, y siempre que no tenía trabajo me llamaba para colaborar con él. En el tenis tengo un recorrido grande pero esporádico, porque empecé en el 2008 y llegué a estar con Leonardo Mayer.

Con Burruchaga arranqué en 2022 y ahora llevo un año de continuidad. A veces Mario viaja a los torneos y yo me quedo trabajando con Román u otros tenistas del grupo.

NA: ¿Qué otros jugadores están en el grupo?

MS: Aparte de Román está Alex Barrena, Lautaro Midon, Manuel La Serna, Hernán Casanova, Luisina Giovannini y muchos jugadores juveniles. También estaba “Tita” Estable, que dejó de jugar.

NA: ¿Cómo trabajas en los días previos a un torneo y cómo durante la semana de competencia?

MS: Depende de cómo tenga programado el calendario cada tenista. Después de un torneo, si compitió los seis días de la semana, la carga física y emocional es muy estresante, así que hay que hacer una readaptación. Después se trabaja con el objetivo puesto en el próximo torneo, a veces con dobles turnos de entrenamientos físicos y técnicos.

NA: Burruchaga destaca, además de lo técnico, por el estado físico y la velocidad. ¿Cómo se trabaja para potenciar esas cualidades naturales de un deportista?

MS: Burruchaga lleva 10 años trabajando con Mario, que fue desarrollando y perfeccionando sus cualidades. Él fue creciendo paulatinamente y hay mérito en el preparador físico, que lo fue potenciando. Es un proceso largo, no es de un día para el otro.

NA: ¿Sentís que esta vez el tenis llegó para quedarse en tu carrera o sigue siendo algo momentáneo?

MS: Hoy mi presente es el tenis, lo disfruto y me capacito día a día, pero no sé cuánto tiempo me quedaré. Este año tuve experiencias muy positivas, viajé a mi primer torneo, en Punta del Este, con Alex Barrena y Hernán Casanova y fue una experiencia superadora. El Challenger de Buenos Aires también fue maravilloso, porque tuvimos la posibilidad de que dos tenistas de nuestro equipo lleguen a la final, además de seis jugadores en el main draw. Fue una semana de mucho trabajo, pero dio sus frutos.

NA: ¿Qué diferencias principales hay entre una pretemporada en el tenis y en el fútbol?

MS: La principal diferencia es el tiempo. El tenista comienza la pretemporada seis o siete semanas antes del próximo torneo y en el fútbol son, con suerte, de cuatro semanas, dependiendo de la época del año y el fixture.

El volumen de trabajo del tenista en la pretemporada es mayor, a veces se hacen hasta cuatro turnos por día, tres o cuatro veces por semana. En el fútbol, si bien hay dobles o triples turnos, son más cortos pero mucho más intensos. Las competencias son más espaciadas, pero al ser un deporte de contacto es mucho más estresante para el cuerpo en otros aspectos.

NA: A lo largo de tu carrera como jugador pasaste por clubes como Talleres de Remedios de Escalada, San Martín de Burzaco y Barracas Central, ¿Qué club o momento atesoras más?

MS: El de Talleres. Soy de Escalada, hice inferiores ahí y tuve la posibilidad de llegar a Primera, actualmente juego en el sénior. Es el club del que soy hincha y, si bien tuve mejores momentos deportivos en otros lados, me quedo con Talleres por lo que significa para mí.

NA: ¿Qué Barracas viste vos, como jugador y como preparador físico, comparado con el actual?

MS: Tuve dos ciclos en Barracas. Como jugador estuve en 1998, en la Primera C, y era un club de esa categoría. Cuando llovía la cancha se ponía blanda por el salitre que tenía, teníamos solo cuatro pelotas y a veces entrenábamos en Parque Chacabuco, porque el club no tenía lugar. A nivel social era hermoso, la gente iba a la pileta del club y salía para ver el partido.

En 2006 volví como preparador físico. Ya estaba el “Chiqui” Tapia y se notaba el crecimiento, el club tenía estructura de B Metro o incluso B Nacional. Podíamos concentrar, viajábamos un día antes de los partidos y nos quedábamos en hoteles de primer nivel. Lo vi dar un paso gigante entre un ciclo y el otro, y lo deportivo lo ubicó en el lugar al que llegó hoy.

NA: ¿Cómo fue el momento en el que te diste cuenta de que querías seguir ligando al deporte después de retirarte?

MS: El duelo de dejar de jugar no lo viví, me retiré para cambiar de rol. En 2004 jugaba en Lamadrid, con 30 años, y tuve la oferta de ir como preparador físico a General Caballero, de la primera de Paraguay. Económicamente era importante y me permitía crecer en un rol para el que había estudiado.

NA: Como preparador físico, ¿Preferís estar al tanto de un plantel entero o enfocarte en un grupo más corto de jugadores como te pasa ahora?

MS: Mi etapa de preparador físico de fútbol la disfruté mucho y me gusta estar al frente de los grupos, es una experiencia totalmente diferente a mi día a día actual. Hoy la preparación en el fútbol cambió radicalmente, tenés que ser muy fino, y en el tenis es específica. Capaz tenés cinco tenistas y cinco trabajos diferentes, para la necesidad de cada uno.

NA: A lo largo de tu carrera, después de ser jugador, fuiste preparador físico tanto de fútbol como de tenis, entrenador de arqueros y coordinador de arqueros en fútbol infantil y juvenil. Si tenés que presentarte con una de estas funciones, ¿Cuál elegís?

MS: A veces me cargan en los cuerpos técnicos porque soy preparador físico, entrenador de arqueros y también me recibí de DT este año. Me gustaron todos esos trabajos, pero me quedo con el entrenamiento de arqueros. Es el área en la que más tiempo me pude desarrollar, pasé desde infantiles hasta selecciones y fue donde mejor pude mostrar mis virtudes y disimular los defectos.

NA: Tu última experiencia como entrenador de arqueros fue con Claudio Vivas, en Costa Rica. ¿Cómo fue ser parte de una Selección?

MS: Trabajar en una Selección es totalmente diferente. En un equipo tenés el día a día y trabajas de acuerdo a lo que ves y el DT necesita, pero en una Selección los jugadores no son tuyos y en nueve días se juegan dos partidos. Tenés que recibir al jugador, que cada uno viene con realidades diferentes, y trabajás más que nada en la puesta a punto, para que llegue al partido al 100%. Menos es más. Un microciclo de dos partidos te puede abrir un montón de puertas o cerrar muchas otras.

NA: ¿Cómo fue entrenar a Keylor Navas?

MS: Te estoy contando todas experiencias buenísimas, ojalá toda mi carrera hubiera sido así, porque tuve más momentos malos que buenos (risas). La noche anterior a que viniera estábamos cenando y viene a contarme la noticia Claudio Vivas. Me dijo que era un tipo bárbaro y que el grupo estaba contento de que viniera, pero a mí me temblaban las piernas. Esa noche me costó dormir y al otro día había 50 periodistas atrás de él. Salió en todos los diarios, nunca salí en tantas fotos como ese día (risas). Me encontré con un profesional terrible, muy respetuoso, ubicado y predispuesto. Arranque pateándole al medio, por si le metía algún gol y se enojaba, pero igual era imposible hacerle un gol porque atajaba todo lo que le venía.

Fue una experiencia bárbara, me hizo las cosas muy fáciles y potenció a todos. Después me contó experiencias del Real Madrid y de cómo le costó adaptarse a Inglaterra. Quedó una buena relación y para mi carrera fue un momento top.

NA: Teniendo el título de DT, ¿Sos parte de las charlas entre DT y ayudante de campo o es trabajo de ellos?

MS: Tuve la suerte de que el fútbol me cruzó con Vivas, que potenció mi carrera de manera vertical, y empecé a absorber los conocimientos suyos y de la gente que lo rodea. Trabajé con él en los últimos ocho años y, con el correr del tiempo, me fui ganando, y me fueron dando, un lugar más preponderante en el cuerpo técnico. Vivas es una persona abierta, que escucha el grupo y después decide.

Como cada vez tenía un rol más importante me volqué a hacer el curso de DT, también colaboraba con el ayudante de campo en las pelotas paradas, las salidas y otras funciones, así como también con el videoanalista. Además, para el preparador físico, tener un entrenador de arqueros que también sea profe da mucha tranquilidad.

NA: ¿Considerás ser ayudante de campo o DT en algún momento?

MS: Creo que todo va a llegar. Me siento capacitado para hacerlo y estar a la altura, pero creo que tengo que seguir como entrenador de arqueros para darle una vuelta de rosca más. A esta altura del año pasado estaba en Costa Rica jugando la Nations League con la ilusión de clasificar al Mundial y, un año después, estoy disfrutando de ser parte del equipo que ganó el Challenger de Buenos Aires. Es muy dinámico y trato de estar preparado para todo.