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Yanina Latorre en “A la Barbarossa”: “Soy justiciera, tengo fe y a los 40 me empecé a desatar”

Yanina Latorre fue invitada a A la Barbarossa (Telefe) para mantener un mano a mano con Georgina Barbarossa. Lejos del personaje mediático que suele encender debates en LAM, la panelista se mostró más reflexiva, sin perder su estilo directo y durante la charla repasó su carrera, su historia personal y su forma de ver la vida.

“Arranqué en Twitter. Tengo cartas documento, juicios y no pasa nada. Son gente que no entiende el juego. Ángel siempre me dijo: ‘Cuanto más grosa sos, más cartas documento te hacen’, además cuando vos decís lo que pensás, molestas”, manifestó la conductora de Sálvese Quien Pueda.

Esa frase resume el eje de su personalidad mediática, un personaje frontal, sin miedo a la controversia y fiel a su modo de pensar. Para Yanina, la exposición tiene un costo, pero también una función, ella lo asume como parte del juego televisivo: un espacio donde, según dice, no todos saben moverse.

A lo largo de la conversación, Latorre explicó que su actual seguridad frente a las críticas llegaron con el paso del tiempo: “La edad me desató. A los 40 me empecé a desatar. Siempre fui así, pero a Diego le ponía incómoda mi personalidad”, confesó.

Esa sinceridad le permitió redefinir su imagen: ya no solo la panelista que dispara sin filtro, sino una mujer que aprendió a convivir con su propia intensidad: “Yo me considero una justiciera. Me hago la loca, pero tengo filtro, con la familia no me meto”, aclaró.

Uno de los momentos más personales de la charla llegó cuando habló de su relación con Diego Latorre, con quien lleva más de tres décadas de pareja: “Con Diego no me peleo. Es todo en mi vida. Hace 31 años que estamos juntos. La vida se va transformando”.

Latorre dejó claro que, lejos de las crisis mediáticas del pasado, la relación se encuentra en una etapa de madurez y complicidad: “Soy súper independiente. Me gusta estar sola. Cuando llego de LAM, no hablo con nadie, ni con Diego. Me tomo una copa de vino y me duermo”.

En un tono más íntimo, la panelista reveló detalles de su costado menos conocido: sus miedos y manías cotidianas. “Tengo un montón de TOC. No me gusta que me den besos. Tengo miedo a la muerte y a dejar de existir ya que pienso mucho en qué va a pasar con mis hijos”.

A pesar de mostrarse racional y fuerte en televisión, Latorre admitió que detrás de esa seguridad hay vulnerabilidades que la atraviesan: “Soy de rezar y tengo fe”.

La charla también incluyó su relación con Wanda Nara, a quien definió con crudeza pero sin rencor: “A Wanda la tenés que defender. Si no, te ataca. Yo la banco, pero hay cosas que no me parecen bien. Ella quiere que le chupen las medias, pero conmigo que no cuente”.

Además, manifestó que la BadBitch la bloqueó de sus redes, aún así, marcó su admiración profesional: “La banco, pero no comparto su manera de manejar algunas cosas”.

En medio de las confesiones personales, Yanina sorprendió al recordar su formación universitaria y su rol puertas adentro: “Soy contadora y hago todo lo de la casa.”

Lejos del glamour televisivo, asegura que mantiene rutinas cotidianas muy simples y que la vida doméstica sigue siendo parte de su equilibrio.

También se refirió al paso del tiempo con naturalidad: “No me molesta la vejez. Me molestan las dolencias y la poca salud”.

Respecto a su vínculo profesional con Ángel de Brito, conductor de LAM y figura clave en su carrera mediática, Yanina fue categórica: “Ángel es mi socio televisivo. Amo ir a LAM. Él fue muy generoso al darme ese espacio”.

En ese sentido, reconoció que su crecimiento mediático está ligado a la confianza que De Brito depositó en ella desde el inicio del programa.

Como broche final, la panelista confirmó una noticia que generó entusiasmo entre sus seguidores: “El año que viene voy a tener mi unipersonal. Sería solo en Buenos Aires, en el verano”.

Con este proyecto, Yanina se propone mostrar una faceta distinta, más artística y personal, sin abandonar el humor y la ironía que la caracterizan.