Cada año, entre 40.000 y 50.000 personas en Argentina sufren un paro cardíaco fuera del hospital. La mayoría no está cerca de un médico, una guardia ni un desfibrilador: ocurre en una casa, en la calle, en el trabajo o en la escuela.
La escena es silenciosa, pero las estadísticas gritan una realidad contundente: sin maniobras de RCP, menos del 10% sobrevive. Con intervención inmediata y el uso de un desfibrilador, las posibilidades se cuadruplican y alcanzan entre el 40 y el 50%. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud calcula que más de 3,5 millones de personas sufren este episodio cada año
UNA MANIOBRA QUE PUEDE SALVAR MILES DE VIDAS
Las cifras revelan la urgencia: la tasa de supervivencia sin maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) es menor al 10%. Con RCP inmediata, esa proporción puede multiplicarse y alcanzar entre el 30 y el 40%, de acuerdo con registros de Estados Unidos y Europa. El factor determinante es el tiempo: cada minuto sin reanimación reduce entre un 7 y un 10% las chances de sobrevivir.
En este contexto, el rol de la comunidad es decisivo. La mayoría de los paros no ocurren frente a médicos ni en guardias hospitalarias, sino en situaciones donde la única oportunidad depende de que alguien cercano sepa cómo actuar. Los casos recientes de personas que recuperaron el pulso gracias a maniobras practicadas por transeúntes son prueba concreta de que la capacitación básica puede salvar vidas.
Desde Emergencias lo resume de manera contundente: “Incluso con un tiempo de respuesta óptimo, sin ninguna tardanza ni interferencia externa, si la ambulancia llegará en 5 o 10 minutos, que es un tiempo récord, son minutos sin oxígeno en los que la vida corre un riesgo altísimo”. La compañía, con presencia nacional en servicios de urgencia, trabaja a diario la capacitación a través de la Fundación Emergencias, que destaca que el primer eslabón de la cadena de supervivencia es la acción ciudadana antes de la llegada de los profesionales.
La experiencia internacional confirma el impacto de la educación masiva en RCP. En Noruega, donde la enseñanza de reanimación es obligatoria en las escuelas, la tasa de supervivencia a paros cardíacos extrahospitalarios se duplicó en menos de una década. En Japón, la incorporación de programas de capacitación comunitaria y la instalación de desfibriladores externos automáticos en espacios públicos permitió un salto similar en los índices de recuperación.
MANIOBRAS DE RCP Y DESFIBRILADOR.
En la Argentina, la Ley 27159 establece que todos los espacios públicos y privados de acceso público deben contar con un Desfibrilador Externo Automático (DEA), así como con el personal capacitado para aplicar las técnicas de uso de los DEA y RCP.