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Cáncer de mama: en Argentina se registran más de 20 mil nuevos casos al año

El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en mujeres y, según el Instituto Nacional del Cáncer en Argentina, durante 2022, se registraron 5.750 fallecimientos con una tasa bruta de mortalidad de 24.4 por 100.000 mujeres, riesgo que aumenta con la edad, siendo de 151.6 cada 100,000 mujeres mayores de 80 años.

“La buena noticia es que existen acciones concretas que pueden ayudarnos a reducir el riesgo. Mantener un peso saludable, realizar actividad física de forma regular, llevar una alimentación equilibrada basada en frutas y verduras, limitar el consumo de alcohol, evitar el tabaco”, dijo la Dra Valeria Valko.

La especialista añadió: “En el caso de las mujeres que pueden hacerlo, amamantar al menos durante seis meses, son hábitos que impactan de manera positiva en la salud mamaria. Pequeños cambios cotidianos que, sumados, hacen una gran diferencia”.

Sin embargo, incluso llevando una vida saludable, es posible que la enfermedad aparezca, por eso, el diagnóstico temprano resulta fundamental: aumenta las probabilidades de cura y permite tratamientos menos agresivos.

La herramienta principal para lograrlo son los estudios por imágenes, la mamografía y la ecografía mamaria, se recomienda realizarlos una vez por año a partir de los 40 años, y, en los casos en que el médico lo considere necesario, se debe empezar en edades tempranas ya que el seguimiento debe adaptarse de manera personalizada según indicación médica.

“El autoexamen mamario, realizado de forma mensual, también cumple un rol importante, pero no reemplaza los estudios médicos”, dice Valko, ginecóloga de Ospedyc, a la vez que añade que, sin embargo ayuda a conocer el propio cuerpo y a detectar cambios que requieren consulta inmediata.

Entre las señales de alerta se encuentran la aparición de bultos o nódulos en mama o axila, retracción o enrojecimiento de la piel, secreción por el pezón —especialmente si es con sangre—, y modificaciones en la forma o tamaño de la mama.

Si bien una vez que se identifican dichas alteraciones ya no se considera como diagnóstico temprano, el reconocerlas y actuar a tiempo al consultar con tu ginecólogo o mastólogo puede marcar la diferencia.

“La prevención y el cuidado son un camino compartido. Informarse, adoptar hábitos saludables y no postergar los controles médicos anuales son pasos fundamentales para cuidar la salud mamaria. Porque un diagnóstico temprano no solo salva vidas, también abre la puerta a un tratamiento más efectivo y con mejores resultados”, finaliza Valko.