Cientos de ciudadanos argentinos quedaron varados en Bolivia luego de que una repentina crecida en el río Bermejo obligara al cierre del paso fronterizo, una situación que, según estimaciones, afectaría a más de 3.000 personas que habrían pasado la noche en el país vecino.
El suceso se desencadenó tras las intensas lluvias, forzando la suspensión inmediata del servicio de cruce por el puerto Chalanas, que conecta Aguas Blancas con Bermejo (Bolivia), medida que se dispuso poco después de las 09:30 horas del sábado por motivos de seguridad.
Este cierre generó complicaciones para numerosos viajeros que intentaban regresar antes de la entrada en vigor de las restricciones electorales en Bolivia, donde este domingo regirán una serie de limitaciones impuestas por las elecciones presidenciales. Las autoridades locales informaron que el paso internacional “permanecerá interrumpido hasta nuevo aviso”. De acuerdo con la información publicada, el regreso de los argentinos varados “podría demorarse hasta el lunes”.
El panorama se agravó ante la situación de los ciudadanos que habrían ingresado a Bolivia de manera irregular. Las autoridades fronterizas advirtieron que aquellos que pasaron y no regresaron “se quedarán hasta el lunes”.
Se remarcó que durante la jornada electoral de este domingo en Bolivia “estará prohibida la circulación de vehículos hasta las 18”, con la aplicación de multas de hasta 500 bolivianos y el decomiso de los vehículos en caso de incumplimiento. Por ello, ante la posibilidad de que varios argentinos hubieran cruzado de forma ilegal, se advirtió que la Policía de Bolivia habría comenzado a inspeccionar los establecimientos de la región. De esta manera, se señaló que las personas que hubieran cruzado de forma ilegal “podrían enfrentar sanciones si no regularizan su situación migratoria”.
La súbita crecida del río alteró de manera drástica la dinámica habitual en el puente internacional, afectando a miles de personas que buscaban retornar al sector argentino tras cruzar la frontera para realizar compras o visitar a familiares.
En Bermejo, los comercios que abastecen a compradores argentinos se encontraron con sus mercancías retenidas y la ausencia total de clientes. En Aguas Blancas, los pequeños comerciantes experimentaron la paralización del flujo habitual.