Tenía cuatro hijas y un anhelo profundo: tener un hijo varón. A los 42 años, la vida no solo le cumplió el sueño a Erica Demetrio, sino que lo multiplicó por cuatro. En un hecho casi sin precedentes, quedó embarazada de cuatrillizos de forma natural y hoy, en este Día de la Madre, celebra rodeada de sus ocho hijos, convertida en un símbolo de amor, fe y sacrificio.
Según supo Noticias Argentinas, en una nota de la periodista Cinthia Ruth para Infobae, la historia de esta familia de Pergamino es un testimonio de resiliencia. “Fue un sentimiento encontrado. Te imaginás, es una noticia impactante”, recordó Erica sobre el momento en que se enteró de que esperaba cuatro bebés. La noticia la obligó a ella, a su esposo Darío y a sus cuatro hijas a dejar todo y mudarse temporalmente a Córdoba, su ciudad natal, ya que su embarazo era considerado de altísimo riesgo.
UN MILAGRO MÉDICO Y UNA DURA BATALLA
El 15 de abril de 2024, en la Maternidad Provincial de Córdoba, nacieron Laura, Angeline, Victoria y el tan esperado Jordán. El parto fue calificado por los médicos como un suceso que ocurre “una vez cada 100 o 120 años” sin intervención de técnicas de fertilización. La alegría, sin embargo, dio paso a una larga y angustiante espera: los cuatro bebés, prematuros y de bajo peso, pasaron casi dos meses y medio internados en neonatología luchando por sus vidas.
“Nosotros somos creyentes, somos cristianos, y siempre nos encomendamos a Dios. Y gracias a Dios, salimos adelante los cinco”, afirmó Erica.
UNA VIDA DE SACRIFICIO Y AMOR MULTIPLICADOS
Hoy, de vuelta en Pergamino, la vida de la familia es un desafío monumental. El único sostén económico es su esposo, Darío, que trabaja como vendedor ambulante “puerta por puerta”. Erica se dedica a tiempo completo a la crianza de sus ocho hijos: Nicole (12), Guadalupe (10), Guillermina (7), Emma (3) y los cuatrillizos, que ya tienen un año y tres meses.
“Aunque a veces estoy un poco desbordada, trato de no pedirles nada a las más grandes. No quiero que quemen etapas”, confiesa Erica, protegiendo la niñez de sus hijas mayores.
La familia enfrenta gastos incesantes de pañales y leche, y ahora tienen una necesidad urgente: un corralito especial con barrales que cuesta $750.000 y que es fundamental para la estimulación motriz de los cuatrillizos prematuros, un gasto imposible para ellos.
A pesar de las dificultades, Erica celebra su segundo Día de la Madre con el corazón lleno. Su historia es la prueba viviente de que, a veces, cuando se busca un sueño, la vida decide romper todos los moldes.
Para quienes deseen colaborar con la familia, pueden hacerlo a través de la cuenta de Mercado Pago de su padre, Darío Todorovich Nicolich: Dario.todo.mp