Martín Cirio, streamer y youtuber, volvió a hablar del período más oscuro de su carrera: la denuncia por apología de la pedofilia (que no prosperó), la pérdida de contratos y la depresión que lo llevó a pensar en quitarse la vida. Hoy, con funciones en pie y canales en crecimiento, asegura que está “trabajando más que nunca”.
“Es aberrante que la gente crea de verdad que sos pedófilo. No había pruebas; muchas cosas estaban editadas. La causa ni siquiera me imputó”, resume en una entrevista que hizo junto a María Laura Santillán.
Durante tres años, dice, vivió con restricciones: pedir autorización para ausentarse, presentaciones ante la justicia y el golpe económico de los abogados. “Todas las marcas se bajaron”, admite.
El momento más duro fue el allanamiento a la casa de su madre: “Ahí sentí que todo se había descontrolado”.
A la par, la salud mental se resintió: “Entré en una depresión; me costaba levantarme. Mis abogados me pedían silencio y yo, que vivo de comunicarme, tenía que callar”.
Por otro lado, manifestó: “No iba a desaparecer. Este no podía ser mi final porque era mentira”, al ser consultado sobre sus sentimientos en ese momento.
Entre terapia psicológica, mucho trabajo y el apoyo de su comunidad, reconstruyó su día a día y hoy se define como “artista digital” y ordenó su rutina con disciplina: “Laburo todo el día y a las nueve ya estoy dormido”.
También aprendió sobre exposición y lealtades: “Perdí ‘amigos’ del medio; les perjudicaba la imagen estar conmigo. Me sirvió para ver quiénes estaban de verdad”.
Aunque ahora disfruta de un nuevo buen momento, mantiene la guardia alta: “No hay blindaje total. Disfruto, pero sé que siempre puede venir otro vendaval”.
Con funciones grandes por delante, inversiones modestas y foco en contenido, Cirio cierra: “Me reencaucé. No me ganaron”.