El CEO de Nvidia, Jensen Huang, aseguró recientemente que “la próxima generación de millonarios serán plomeros y electricistas”, debido a la creciente demanda mundial para sostener la infraestructura física necesaria para el auge de la inteligencia artificial.
Argumentó que “el Chat GPT no puede reparar un caño roto” y que muchos oficios técnicos “no requieren título universitario y tendrán salarios muy altos”.
El crecimiento explosivo de centros de datos para IA obligará, según Huang, a duplicar anualmente la fuerza laboral calificada en plomería, electricidad y climatización industrial.
La transformación digital, la tecnología y la Inteligencia Artificial están aún guardadas en una caja de pandora respecto de las oportunidades laborales que ofrecerán a la generación venidera, pero como la gente seguirá viviendo en casas y dependiendo de los servicios, sobre todo de agua, los plomeros apuntan a estar entre los mejor pagos del futuro.
SIN RECAMBIO GENERACIONAL
En principio, ya son un recurso humano escaso.
De acuerdo con un estudio de Amanco Wavin de 2024, prácticamente ya no existen jóvenes entre los 18 y los 25 años que sean del oficio en Argentina.
En realidad, informes del INDEC y el Banco Mundial señalan que existe un déficit general del 25% en trabajadores especializados (plomeros, albañiles, electricistas, etc.), que ya encarece la construcción entre un 8% y 12%.
“En el país existe una gran necesidad de trabajadores calificados en oficios, pero la situación enfrenta un desbalance entre oferta y demanda”, explicó Víctor Guajardo, gerente general de Amanco Wavin Argentina.
Hoy casi no hay plomeros jóvenes en Argentina, pero el mundo está dispuesto a pagar cada vez más por quienes dominen estos oficios.
La pregunta no es solo si el país se quedará sin plomeros, sino si perderá la oportunidad de participar de una nueva fase de empleo calificado y bien remunerado.
AGENDAS DIFÍCILES
A la hora de encontrar uno para hacer arreglos en las viviendas o comercios se convierten en una rara avis, que dan turnos tanto o más adelantados que los médicos.
El estudio de Amanco Wavin, que relevó más de 200 casos, muestra con claridad el desequilibrio generacional:
* El 98% de los plomeros son hombres.
* Casi no hay plomeros entre 18 y 25 años.
* El grupo más numeroso se encuentra entre los 46 y 55 años (41%).
* El rango etario con menor presencia es el de 26 a 35 años (13,4%).
La conclusión es evidente: el oficio está envejeciendo sin relevo generacional.
Se nota, sin embargo, una reticencia en la juventud para aprender trabajos manuales y aplicarlos a la cotidianeidad.
En las escuelas técnicas de construcción se ofrecen carreras como Maestro/a Mayor de Obra, formando profesionales capacitados para el diseño, dirección y gestión de proyectos constructivos.
Estas instituciones combinan estudios secundarios con una orientación profesional en construcción, preparando a los estudiantes para incorporarse al mercado laboral o continuar estudios superiores.
Un curso de plomería para obtener la matrícula dura 10 meses.
Pero para aspirar a una preparación profesional más completa en plomería la trayectoria es la siguiente: Escuela de oficios de fontanería durante 2 años. Aprendizaje de 4-5 años. Oficial de 2 a 5 años.
CUÁNTO GANA UN PLOMERO
Una escala de tarifas de principios de este año, desactualizada, muestra que en AMBA un plomero cobraba alrededor de 20 mil pesos la jornada, pero cualquiera que haya tenido que buscar uno sabe que la mano de obra de cualquier arreglo arranca desde ese valor.
En Córdoba, Rosario y Santa Fe, están un poco por debajo.
Expertos atribuyen esta tendencia a múltiples factores:
* Desvalorización social: los oficios manuales son percibidos como trabajos de “segunda categoría”.
* Formación informal: se transmite de forma autodidacta o familiar, sin certificación oficial.
* Educación desactualizada: existe poca vinculación entre la formación técnica y las demandas del mercado.
* Precarización laboral: gran parte de los trabajadores opera en la informalidad, sin aportes ni cobertura.
* Falta de políticas públicas sostenidas: hay escasez de programas de profesionalización y promoción del trabajo calificado.
La falta de mano de obra especializada ya genera efectos concretos:
* Aumentan los tiempos de espera para encontrar un profesional.
* Los plomeros con buena reputación tienen turnos agendados con semanas o meses de anticipación.
* La construcción se encarece entre un 8% y 12%.
* Se profundiza la informalidad y se amplían las brechas de calidad del servicio.