Arabia Saudita será sede de un nuevo Masters 1000 a partir de 2028, tras un acuerdo con la ATP que oficializó la creación del décimo torneo más importante del circuito masculino después de los Grand Slam.
La decisión abre un nuevo frente de debate por el calendario y podría afectar directamente a la gira sudamericana de polvo de ladrillo, una de las más comprometidas del circuito.
La ATP confirmó la incorporación del Masters 1000 saudí luego de varios meses de negociaciones con SURJ Sports Investment, filial del Fondo Público de Inversión (PIF), el mismo organismo que financió la expansión saudí en la Fórmula 1, el golf, la hípica, el boxeo y el fútbol.
El país árabe consolida así su estrategia de desembarco en el tenis profesional, tras haber organizado el torneo Next Gen en Yeda y distintos eventos de exhibición con figuras como Novak Djokovic y Carlos Alcaraz.
El nuevo certamen se sumará al calendario desde 2028, con un formato de una semana y un cuadro de 64 jugadores y no será obligatorio para los principales rankeados, al igual que Montecarlo, el único Masters 1000 que mantiene ese estatus.
Todavía no se definió la sede, aunque la opción más probable es Jeddah. La ATP no comunicó detalles del monto económico del acuerdo, pero se prevé que la inversión saudí sea millonaria.
El posible impacto regional preocupa a Sudamérica ya que las primeras versiones indican que el torneo podría disputarse en febrero, inmediatamente después del Abierto de Australia.
Ese espacio coincide con la corta gira sudamericana de polvo de ladrillo, que incluye torneos en Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro y Santiago y la nueva competencia podría reducir la participación de figuras en el continente y agravar el desequilibrio geográfico del calendario.
Andrea Gaudenzi, presidente de la ATP, destacó la importancia del acuerdo: “Es un momento de orgullo y el resultado de un trabajo prolongado. Arabia Saudita ha mostrado un compromiso genuino con el desarrollo del tenis a todos los niveles”, declaró.
Gaudenzi aclaró que los jugadores tendrán libertad para participar o no en el torneo, en un contexto de críticas al exceso de exigencia física y mental que atraviesan los principales protagonistas del circuito.






