Una estudiante de Ingeniería Biomédica de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Daniela Cruz Belmonte, recibió el Premio SABI 2025 al mejor trabajo estudiantil, tras presentar un proyecto que nació de una solución casera y familiar: una bioimpresora 3D de bajo costo.
Según supo Noticias Argentinas, la historia comenzó en 2019, cuando Daniela quiso tener una impresora 3D, pero su alto costo la frenó. Decidió entonces comprar las piezas y armarla ella misma en su casa con la ayuda fundamental de su papá, técnico electromecánico. “Él se encargó de lo estructural y yo de la parte electrónica”, relató la estudiante, que aprendió el proceso mirando videos de un youtuber.
Ese primer proyecto familiar, con el que Daniela incluso inició un emprendimiento de llaveros para financiar dos impresoras más, escaló a nivel académico en 2023. Al ingresar al laboratorio Lab3Bio de la UNSAM, propuso modificar una de sus impresoras caseras para convertirla en una bioimpresora, capaz de trabajar con materiales biocompatibles.
Nuevamente, la colaboración familiar fue clave: “Si yo hacía un prototipo en plástico, él lo torneaba en metal”, explicó Daniela sobre el trabajo con su padre. Esta fusión de saberes técnicos y académicos dio como resultado una innovadora bioimpresora de doble extrusor, capaz de imprimir hidrogeles y polímeros biodegradables en simultáneo.
El desarrollo fue presentado en el Congreso Argentino de Bioingeniería (SABI 2025), donde obtuvo el máximo reconocimiento estudiantil. Hoy, la impresora creada por Daniela se utiliza en el Lab3Bio para investigaciones vinculadas a la medicina regenerativa. “Este proyecto me permitió ver cómo desde la ingeniería podemos aportar soluciones reales a la salud”, destacó la joven.






