Como muy pocas veces en 42 años de democracia, las elecciones de medio término recibirán este domingo una atención casi desmesurada por parte de los mercados, que parecen ver a estos comicios como un plebiscito vinculante sobre el rumbo económico.
El gobierno acaba de ratificar que seguirá con las bandas de flotación y la austeridad fiscal, pero tanto para organismos como el FMI, como para los fondos de inversión que tienen en sus carteras bonos argentinos, y agentes bursátiles, la pregunta es si la sociedad está dispuesta a avalar más años de ajuste, o cambiará de rumbo.
El principal recorte presupuestario se realizó en el primer año de gobierno, cuando al grito de “no hay plata”, se habilitaron fuertes subas de tarifas para tratar de reducir el gasto público.
Así se alcanzó rápidamente un superávit fiscal que sorprendió al mundo financiero, pero a costa de impactar sobre la línea de flotación del crecimiento.
Los más de 300 mil despidos en el sector privado y los 70 mil en el Estado, no fueron gratuitos en materia de impacto social y poítico.
Hasta ahora, el superavit fue solo eso, una forma racional de administrar, pero se empiezan a escuchar cada más voces entre sectores medios, pymes y comerciantes, advirtiendo sobre “la necesidad de poner un mango en el bolsillo de la gente”.
Mirando los últimos números del INDEC, de agosto, sectores como la energía y el campo arrojan datos positivos, pero el resto de las actividades deben esperar.
Desde la oposicion, en tanto, aseguran que la votación en la provincia de Buenos Aires (7 de septiembre), en la que el Gobierno perdió por 13 puntos, reflejaría parte de esa fatiga de sectores de la población que no perciben una mejora a pesar de estar haciendo enormes sacrificios.
Expertos advierten que la economía está estancada -caída de ventas- y, lo que es peor, no se ven signos de recuperación más allá del resultado de las elecciones.
En este escenario, el gobierno apuesta a las inversiones que llegarán a través del Régimen para Grandes Inversiones (RIGI), cuyas propuestas esperan una convalidación del modelo actual para terminar de formalizar las presentaciones, según señalan en el mercado.
Es en los sectores pasibles de RIGI -como energía y minería- donde más se ha concentrado un crecimiento.
Un informe de la consultora Equilibra advirtió que la “estabilidad o caída del ingreso real y empleo formal configuran un riesgo electoral para el Gobierno”.
Habrá que ver, también, qué impacto tienen el fuerte respaldo de los Estados Unidos, que podría ser se ampliado por bancos internacionales.
Una de las noticias de las últimas semanas ha sido el salvataje financiero que aportó Estados Unidos a través del formato del swap de monedas (intercambio) por U$S20.000 millones.
La intención del gobierno es que ese acuerdo, con algunas peculariedades, sea replicado por bancos privados.






