Argentina se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más atractivos de Sudamérica gracias a su diversidad natural, cultural y gastronómica. Desde las cataratas del Iguazú hasta los glaciares de Santa Cruz, el país ofrece experiencias únicas para todos los gustos con:
* Aventura.
* Descanso.
* Historia.
* Sabores regionales.
En cada provincia, la hospitalidad de su gente y la riqueza de sus paisajes invitan a recorrer caminos distintos, donde siempre hay algo nuevo por descubrir.
En los últimos años, el turismo de experiencias gana terreno. Cada vez más viajeros buscan conocer la identidad local a través de productos típicos, festivales y rutas temáticas. Entre ellas, las rutas del vino y la cerveza artesanal se convirtieron en un atractivo imperdible para quienes disfrutan de combinar naturaleza, cultura y buena gastronomía. En este contexto, la Patagonia argentina emerge como el escenario ideal para una travesía con sabores y vistas inolvidables.
Por eso, no solo es sinónimo de paisajes majestuosos y naturaleza pura. En los últimos años, se ha convertido también en un destino cervecero por excelencia, donde cada ciudad ofrece su propio estilo artesanal, con ingredientes locales, técnicas únicas y vistas que hacen del brindis una experiencia inolvidable.
Entre montañas, lagos cristalinos y bosques infinitos, la Patagonia argentina sigue siendo uno de los destinos más elegidos por viajeros de todo el mundo. Pero además de sus paisajes de postal, hay un sabor que la une y enamora a quienes la visitan. Se trata de la cerveza artesanal. En Bariloche, El Bolsón y Villa La Angostura, se encuentra el corazón de la ruta cervecera patagónica, un recorrido que combina naturaleza, tradición y cultura cervecera.
HISTORIA, TRADICIÓN Y PAISAJES ALREDEDOR DE LA CERVEZA
La historia de esta ruta comenzó en San Carlos de Bariloche, considerada la cuna de la cerveza artesanal argentina. Allí, pioneros locales mezclaron técnicas europeas con ingredientes de la región, agua pura de deshielo, lúpulo y cebada patagónica, dando origen a marcas icónicas. Hoy, la ciudad ofrece visitas guiadas por fábricas, catas personalizadas y bares con vista al lago Nahuel Huapi que se llenan cada atardecer.
A poco más de 120 kilómetros, El Bolsón aporta su espíritu libre y naturalista. Famoso por su producción de lúpulo, uno de los mejores del país, este destino invita a conocer cervecerías que apuestan por la innovación. En su feria artesanal también se pueden probar versiones caseras, charlar con productores y descubrir cómo la cerveza se convirtió en parte de su identidad cultural.
La siguiente parada es, Villa La Angostura. Allí se suma elegancia y calma al recorrido. En sus cervecerías boutique, cada pinta se acompaña con gastronomía regional como, por ejemplo:
* Trucha.
* Cordero.
* Ahumados típicos.
Hay locales que ofrecen experiencias de degustación con maridajes frente a los lagos y bosques que rodean la villa. Es, sin dudas, el cierre perfecto para un circuito lleno de sabores.
CAMINOS Y PAISAJES QUE ENAMORAN POR SUS VISTAS Y GASTRONOMÍA
El trayecto entre Bariloche y La Angostura, conocido como el Camino de los Siete Lagos, se ha convertido en parte esencial de la experiencia. Con miradores panorámicos, playas escondidas y paradores cerveceros en ruta, este recorrido escénico permite disfrutar de la naturaleza mientras se descubren nuevos estilos de cerveza artesanal en cada parada.
Además, quienes buscan una experiencia más completa pueden sumarse a los tours cerveceros guiados, que combinan visitas a fábricas, charlas con maestros cerveceros y degustaciones con productos regionales. Además, durante el verano, se celebra el Festival de la Cerveza Artesanal de Bariloche, uno de los eventos más esperados del calendario turístico patagónico.






