El caso de la ex Bandana Lourdes Fernández significó un gran impacto social y puso en foco a quienes sufren violencia de género, por lo que la psicóloga especializada en género, trata y explotación de personas, Daniela Gasparini, enfatizó que “nadie elige quedarse donde se sufre”.
La artista fue encontrada en el departamento de su ex novio, Leandro García Gómez, quien terminó detenido tras el mismo operativo policial que sacó a la intérprete del lugar para trasladarla al Hospital Fernández por su estado de salud.
Lowrdez ya había denunciado al agresor y se llegó a mostrar con moretones en el rostro. En diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, Gasparini sostuvo: “Según los trascendidos de su entorno, llevaban mucho tiempo juntos y él ejercía violencia. Terminó aislada tras un largo lapso de no comunicarse con su mamá. Es una situación de alto impacto emocional que sufre desde hace tiempo”.
En línea, la licenciada explicó: “Se creé que las víctimas denuncian o piden ayuda fácilmente, pero no siempre funciona así. La mayoría tarda mucho tiempo en procesar y no son conscientes del riesgo al que se exponen por la violencia psicológica, manipulación, humillación o bien la pérdida de autonomía”.
“Cuando el violento logró aislarla, hubo un proceso previo. La primera alerta fue la incomunicación por la manipulación permanente que es una conducta típica del narcisista que creen que las mujeres son de su propiedad y es parte del modus operandi del agresor”, continuó Gasparini.
NA – Hay un discurso instalado que cuestiona a la víctima por haber regresado con su agresor ¿Por qué ocurre esto?
DG – La víctima se ve afectada en su en su vida entera, en la relaciones de amistad, familiares, en el entorno profesional, laboral y social. El agresor logra que se sienta triste, inutil y debilita su autoestima, entonces cree que depende de él para ser alguien y se vuelve cíclico.
Una vez que pasa por todas estas situaciones de violencia psicológica, económica, sexual, acumula tensión, humilla a la víctima en lo público y lo privado y la hace sentir insignificante. Es ahí cuando comienza la agresión física que puede tardar mucho tiempo en llegar y en ese momento algunas mujeres denuncian, muy difícilmente lo acusan antes.
En todo este proceso la responsabilizó constantemente de que hizo algo para que él se enojara, insultara o pegara.
NA – Y cuando denuncian ¿Qué ocurre?
DG – Cuando las mujeres denuncian hay que ver cuál es la contención. Les dan el botón antipánico o alguna restricción de acercamiento. Muchas veces, la acusación se levanta porque las amenazan con que van a violar la restricción perimetral. Creen que la mujer es de su propiedad y si se aleja, la va a buscar. Hay que pensar en nuevos dispositivos de asistencia a las víctimas de prevención.
Previo a que se conociera el estado real de la cantante, su padre, Omar Fernández, había indicado: “La llamé, está con gripe y, por lo que sé, no está en la casa de esta persona. Sé que Lowrdez había salido con el tema de violencia de género y volvió a su casa después. No puedo tomar un hecho como preocupación porque la decisión es de ella y es adulta”.
“Respeto las decisiones de mi hija. No puedo confirmar la violencia que pudo haber habido, salvo los moretones que sé que fueron reales. Con el tiempo, se recuperó de esa situación, estaba enamorada, se reconcilió”, continuó el padre de la intérprete, el pasado jueves.
Por su parte, Gasparini se refirió a los comentarios y el accionar: “No sólo no se entromete. Preguntémonos la forma en que pensó en la situación de ella. Hay algo en ese discurso que no cierra y legitima la violencia porque considera que si le pegó una vez y volvió ‘es su decisión porque es adulta’. También hay mucho desconocimiento”.
NA – ¿Lowrdez buscó volver a ese lugar?
DG – Ninguna quiere volver al lugar donde sufre. Ahí, seguramente hubo miedos, amenazas, sentimientos de culpa y dependencias que generó el manipulador. Hay que dejar de naturalizar que se quiere estar en los lugares donde se violenta.
Fuera del dicho puntual. Este discurso es reiterado en la sociedad y la mayoría de las personas reiteran que ‘si está ahí, es por algo’, como si una persona podría elegir quedarse donde sufre. Es un punto negacionista
NA – ¿Y a nivel social?
DG – Hay personas que eligen un sistema patriarcal como ordenamiento y parte de un sistema económico, político, social y cultural que penetra fuertemente nuestra sociedad. Se genera el mito de que si está ahí es porque no es tán víctima, sino porque quiere o le gusta.
Hay un montón de mujeres que en este momento son víctimas de violencia. No es que no se dan cuenta, sino que las manipulan, socavan el autoestima y el empoderamiento. No se puede pretender que tengan la fortaleza de ir a denunciar.
Mientras la cantante estaba en el domicilio de su ex pareja, él se mostró con un chupetín frente a la prensa, se refirió a ella de manera cínica y hasta sonrió cuando fue detenido. Gasparini explicó al respecto que es “el misógino en su máxima expresión”.
“Tiene odio de género, manipulador y narcisista que no le importa porque se cree que es capaz de burlarse de de la justicia y de la policía que lo lleva detenido. Banaliza lo que pasa y se cree poderoso, totalmente impune. Después podremos analizar, a través de diferentes pericias si estamos ante la mente de un psicópata, pero en principio es un violento”, detalló la licenciada.
“Hay que exigirle al Poder Judicial que empiece a tomar medidas en serio para cuidar a las víctimas. El botón antipánico pone toda la atención sobre la víctima puede estar en estado de conmoción emocional y no puede llamar a la emergencia. Hay dispositivos superadores, pero por el momento se puede tener el dual de las pulseras que ve y evalúa el acercamiento del violento. Y no subestimar las denuncias”, concluyó la psicóloga.






