El anuncio de Diego Santilli como flamante ministro del Interior generó una inmediata polémica que opaca su reciente triunfo en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires.
Tras haber encabezado la lista de La Libertad Avanza (LLA) —en reemplazo de José Luis Espert, salpicado por el escándalo de Fred Machado—, el “Colo” confirmó que no asumirá la banca para la que fue reelecto hace apenas una semana.
La decisión resulta un giro de 180 grados respecto a su discurso de campaña. Semanas atrás, Santilli fue consultado directamente sobre la presencia de candidatos testimoniales en la alianza oficialista.
Ante la pregunta, el entonces candidato fue enfático: “No, no tenemos testimonial… Absolutamente todos los candidatos de la alianza de La Libertad Avanza iban a asumir”, había asegurado Santilli, argumentando que ser testimonial significa volver a un cargo anterior (como intendente o gobernador).
El archivo, todavía fresco, evidencia que la promesa de asumir su lugar en el Congreso no se cumplirá. La designación de Santilli, sumada a la situación de Manuel Adorni en la Legislatura porteña, revive el debate sobre la ética de las candidaturas testimoniales que él mismo se encargó de negar y criticar durante la campaña.
El breve paso de Santilli como diputado electo, marcado por quejas sobre la campaña y un corte de pelo por el triunfo, concluye con su salto al Poder Ejecutivo.
