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Axel Kicillof pone a prueba su muñeca política por el Presupuesto con la interna del peronismo en llamas

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, necesita aprobar el Presupuesto, la Ley Fiscal y el endeudamiento pero debe buscar consensos en medio de la interna del peronismo, un espacio que tras la derrota en las elecciones del 26 de octubre quedó al borde de la fractura.

Según indicaron a la Agencia Noticias Argentinas fuentes de la Legislatura provincial, el texto oficial todavía no fue girado a la Legislatura para que comience el tratamiento de la iniciativa que prevé una inversión de 3,2 billones de pesos e incluye una ley de financiamiento por 1.900 millones de dólares.

Paralelamente a la discusión técnica sobre números y prioridades, la presentación del proyecto de Presupuesto 2026 abrió otra batalla en las filas del peronismo bonaerense, que viene herido por los cruces posteriores a las elecciones.

La advertencia pública de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien cuestionó que el proyecto “no tiene números del Fondo de Fortalecimiento para municipios”, fue leída puertas adentro como un mensaje directo para el kicillofismo.

La frase de la jefa comunal durante la reunión informativa de ayer posterior la presentación Presupuesto es una muestra de que la conducción camporista no convalidará ningún punto sin discutir, una convicción que fue refrendada el domingo por el propio Máximo Kirchner en una entrevista.

“Cuando yo era presidente de bloque (en el Congreso), el presupuesto lo mandaba Alberto (Fernández) y después sufría modificaciones en el debate. Siempre se modifica y se modificará seguramente el de Kicillof”, planteó el titular del PJ bonaerense.

En ese escenario de tensión, desde el Frente Renovador de Sergio Massa plantearon ante la Agencia Noticias Argentinas que intentarán “facilitar” los consensos para aprobar el Presupuesto, la ley Fiscal Impositiva y el financiamiento para “ayudar a la Provincia y los municipios”, lo que pone a ese espacio nuevamente en un rol de unidad y expectación frente a la interna peronista.

En la Gobernación asumieron que la pulseada tendrá dos frentes: la negociación con la oposición y el examen interno, donde se pondrá a prueba la cohesión del oficialismo.

Uno de los puntos calientes es el llamado Fondo de Fortalecimiento de la Inversión Municipal: la creación de ese mecanismo quedaría atada al endeudamiento, lo que generó ruido en intendentes que exigen garantías sobre los montos y la distribución. Para varios jefes comunales, la llave del financiamiento territorial es una ficha demasiado valiosa como para dejarla librada a promesas.

A esto se suma una negociación paralela y silenciosa sobre cargos y posiciones de poder: el Presupuesto puede servir como puerta de entrada para discutir luego vacantes en la Justicia provincial, lugares en la conducción partidaria y espacios de representación en la Legislatura.

El trasfondo de la disputa es la puja entre La Cámpora y el kicillofismo, al que acusan de avanzar sin consultar, en una pulseada en la que se definirá quién marca el ritmo de la estrategia opositora y cómo se reorganiza el mapa del espacio de cara a 2027.