Lanús perdió un nuevo Clásico del Sur ante Banfield, por 2-1, en el partido que disputaron en el estadio Florencio Sola.
Jugando por la fecha 14, el único gol de la visita fue convertido por el delantero Eduardo Salvio, mientras que para el local convirtieron los atacantes Bruno Sepúlveda y Rodrigo Auzmendi.
A pesar de que todavía tiene la final de la Copa Sudamericana y los playoffs del Clausura, la actuación del equipo suplente de Mauricio Pellegrino dejó mucho que desear y preocupa para un final de temporada fundamental.
Flojo rendimiento, falta de actitud, pocas jugadas de gol y ausencia de fortaleza defensiva, un cóctel explosivo que le deja un mal sabor a Lanús de cara al final del año.
El equipo “Granate” nunca se halló en el partido. A los titulares, la mayoría de ellos habituales suplentes, les faltó intensidad y les costó imponerse ante un Banfield que llegaba con algunos golpes, pero jugó un Clásico excepcional. Además, los habituales titulares que entraron desde el banco parecieron fríos: gran prueba de esto es la falta de peligro generada por el volante Marcelino Moreno, una de las figuras del fútbol argentino.
Una derrota en el Clásico es un cachetazo, pero no es definitivo en absoluto. El conjunto lanusense debe disputar la final de la Copa Sudamericana el 22 de noviembre, ante Atlético Mineiro de Brasil, y todavía tiene los playoffs del Torneo Clausura, aunque seguramente Pellegrino deberá evaluar el nivel de sus jugadores de recambio, de cara a partidos de tamaña importancia y la temporada siguiente.
Por el lado del “Taladro”, fue todo fiesta y alegría. La hinchada colaboró al empuje del equipo desde el primer segundo, además de un gran recibimiento con fuegos artificiales, para un conjunto que representó lo que sus fieles piden en un Clásico: entrega, intensidad y no dar una pelota por perdida.
Así llegó el primer gol, con el delantero Mauro Méndez protagonizando una gran corrida desde el centro hacia la izquierda para luego asistir al delantero Bruno Sepúlveda, mientras que el segundo tanto fue por medio de un mano a mano del atacante Rodrigo Auzmendi.
La emoción en los festejos, con invasión de campo incluida por parte de un nutrido grupo de simpatizantes, fue por partida triple: Banfield se quedó con un nuevo clásico, extendiendo la ventaja a 12 partidos, aseguró la permanencia y se metió en el sexto puesto de la zona A, en zona de clasificación.
Lanús tendrá algunos de los partidos más importantes de su historia por delante, y está más que claro que son su verdadera prioridad, aunque en esta ventosa noche del Sur del conurbano bonaerense, el que festejó fue Banfield.






